El piloto chileno Carlo de Gavardo falleció este sábado 4 de julio mientras entrenaba y en su vida, el reconocido "Cóndor de Huelquén" fue un pionero en el motociclismo y en cómo esta disciplina ganó espacio en Chile.

De Gavardo comenzó en el enduro en 1986, coronándose campeón nacional durante nueve años seguidos, logrando la internacionalización de su carrera, ganándose un nombre en el Mundial de Enduro.

Luego dio el gran paso de su carrera y en 1996 se aventura en el cross-country, para transformarse en el primer chileno en finalizar el Rally Dakar, evento que por esos años se corría aún en el desierto norafricano.

Ahí, De Gavardo se ganó el respeto no sólo por su calidad como deportista si no como persona.

En su primera aventura fue 17° y tras un abandono en 2000, en 2001 lograría su mejor resultado al ser tercero y ganando varias etapas.

Gracias a sus acciones en las carreras del Dakar, además ganó premios al Fair Play, uno de ellos por salvar la vida de un piloto, cediendo su posición en el podio.

Paralela a sus participaciones en el Dakar, De Gavardo compitió en el Mundial de la Federación Internacional de Motociclismo, logrando dos títulos en la categoría 450 cc.

Tras mantenerse en la elite del Dakar, De Gavardo abandonó en 2005 y luego de un quinto lugar en 2006 decidió cambiar las motos por los autos. Ahí el resultado no fue bueno y abandonó en dos ocasiones.

Pese a ello, De Gavardo se unió al Rally Mobil donde seguía mostrando su pasión por el deporte tuerca.

Sus herederos son varios: Francisco López -de momento el más destacado-, Jeremías Israel, los hermanos Felipe y Jaime Prohens, y ahora último Pablo Quintanilla.

Todos ellos, siguiendo los pasos de De Gavardo, han buscado la gloria en el Dakar -ahora corriendo en Sudamérica- y también siendo protagonistas en las distintas fechas del Mundial.