El presidente de este organismo, el abogado Angel Botto, fue el encargado de explicar los ribetes de la pena y aseguró que un argumento que pesó fue la calidad de árbitro número uno de Chile, que ostenta Chandía. "El tribunal debe asumir no sólo los aspectos que involucran al señor Zamorano, sino que también los que involucran al señor juez Chandía. El es el árbitro número uno del fútbol chileno, es el que más nos representa con mayor número de partidos en el terreno internacional y tiene una dignidad que proteger. Con prescindencia de quién eventualemente lo injurie física o verbalmente debe tener un reflejo en la sanción", dijo. Botto esbozó que el castigo a Zamorano fue incluso leve: "La situación que afecta a los árbitros en relación a infracciones que cometan los jugadores en su contra tiene un rango amplísimo que va de cuatro hasta 50 partidos atendida la naturaleza de los hechos". Según el informe entregado por Chandía, Zamorano vio la tarjeta roja en la revancha ante Cobreloa "por empujar fuertemente a Marco Villaseca en contra de mi árbitro asistente Rodrigo González, y posteriormente darle un pisotón al mismo árbitro asistente". "Una vez expulsado, Zamorano me propina un golpe de puño en la zona costal izquierda, continúa con otro golpe en mi tórax y finalmente me propina un violento puntapié en mi pierna izquierda, a la altura de mi talón de Aquiles. Todo esto acompañado de insultos en mi contra", agregó el libelo entregado por el árbitro. En tanto, Marco Villaseca recibió cuatro fechas de castigo y Miguel Riffo tres encuentros. Ambos jugadores fueron expulsados junto a Zamorano, quien no se presentó en la ANFP y fue representado por el administrador de Colo Colo, Raúl Tessada. Según informaciones al interior del plantel de Colo Colo, el atacante decidó tomarse un tiempo de vacaciones para luego anunciar su retiro de la actividad.