Gustavo Huerta dijo que su vida en La Paz fue una "porquería"
El renunciado técnico de Bolívar señaló que ser chileno le pesó demasiado en su estadía en la capital altiplánica, que se terminará en las próximas horas luego que el lunes fuera aceptada su dimisión indeclinable.
Recomendado por el entonces seleccionador boliviano Nelson Acosta, el técnico chileno Gustavo Huerta fue contratado el 3 de septiembre de 2003 como entrenador de Bolívar. Luego de casi ocho meses, la experciencia dejó con un sabor amargo al ex adiestrador de Cobresal y La Serena.
"Hablé con los dirigentes, por el tema de ser chileno, y para ser simple, mi vida aquí es una porquería. Prefiero irme que seguir con todos estos problemas", contó Huerta en diálogo con Al Aire Libre en Cooperativa.
El clima antichileno que se vive en Bolivia no fue la única complicación que vivió Huerta, ya que su equipo se declaró en huelga por los sueldos impagos correspondientes a marzo.
"Hay bastantes problemas que culminaron con que el equipo no se presentaron a jugar el fin de semana por deudas impagas. Lo futbolistas pusieron un límite y no se cumplió. La buena relación que me sustentaba con los jugadores y los dirigentes practicamente se terminó", dijo.
"Querían que viajara con un equipo de juveniles, no lo hice y los problemas se acrecentaron", agregó Huerta, quien todavía se encuentra en La Paz ultimando su regreso a Chile.
El técnico nacional se rehusó a dirigir un equipo juvenil que el domingo 25 de abril cayó por 0-1 de visita ante Aurora de Cochabamba.
A pesar de la derrota, Bolívar conserva la punta del Torneo Apertura de la primera división altiplánico, jugada la décima fecha.
Sobre los dividendos que sacó de su paso por Bolívar, Huerta rescató la exigencia que vivió al entrenar al equipo más popular de ese país.
"Acá exigen ganar y jugar bien, como es natural en todo equipo grande. Lo pasé bien en ese sentido, si se da una opción como la que tuve aquí será bienvenido, pero no tengo problemas para ir a cualquier lado", comentó.
Huerta fue reemplazado en la banca de Bolívar por el entrenador local Vladimir Soria.