Estudio reveló alto riesgo de Alzheimer entre ex jugadores de fútbol americano
El reporte avivó la polémica sobre el peligro y posibles consecuencias de los continuos golpes que reciben los deportistas.
Entre las afecciones figuran problemas con la memoria o el lenguaje, precursores de la enfermedad.
Los jugadores retirados de la Liga Nacional de Fútbol Américano (NFL) tienen mayor riesgo de desarrollar problemas cognitivos leves (MCI, en inglés) que pueden ser un procedente de la enfermedad de Alzheimer, según un estudio científico publicado este lunes por la Universidad Loyola, de Chicago.
"Parece que puede haber una alta tasa de problemas cognitivos en estos jugadores de fútbol americano, comparada con la población general de esa edad", dijo el neurofisiólogo Christopher Randolph director del estudio.
El estudio avivó la polémica en EEUU acerca de la peligrosidad y posibles consecuencias de los continuos golpes a los que están sometidos los jugadores de fútbol americano, especialmente en la cabeza.
Durante la investigación se examinó a 513 ex jugadores, con una media de edad de 61 años, de los que el 35 por ciento mostró resultados que sugerían posibles problemas cognitivos de carácter leve.
Los jugadores retirados alcanzaron los criterios de diagnóstico estándar de MCI, comparados con las personas no atletas del mismo grupo demográfico.
Consecuencias de la 30G
Entre estas afecciones figuran problemas con la memoria o el lenguaje que no interfieren en la vida diaria de las personas, de acuerdo a la investigación, pero se ha comprobado que estos síntomas de MCI son precursores de la aparición de Alzheimer en el corto plazo.
Según las últimas investigaciones, realizadas con jugadores que llevaban adosados "acelerómetros" a sus cascos, cada temporada los jugadores reciben una media de 1.000 golpes en la cabeza con una aceleración mayor de 10G, de los cuales 250 superan los 30G.
Los descubrimientos de Randolph y su equipo parecen sugerir que repetitivos traumas en la cabeza tras años de practicar este deporte pueden desembocar en una "reserva" reducida del cerebro y así llevar a una temprana aparición de enfermedades degenerativas como los MCI y el Alzheimer.
No obstante, Randolph se mostró cauto y señaló que estos "estudios deben ser considerados como muy preliminares".
La investigación fue presentada en la Conferencia Internacional de la Asociación del Alzheimer en París de 2011.