Matías Fernández confesó la razón por la que no llegó a otros equipos top en Europa
El exseleccionado nacional desmintió que su conversión al cristianismo tuvo que ver con una falta de ambición para llegar más lejos en el fútbol.
A un año de su partido de despedida del fútbol profesional, el ahora exfutbolista Matías Fernández repasó lo que fue su trayectoria en torno al balón y comentó cómo es su vida en la actualidad. El talentoso exjugador, ahora afincado en Los Nogales, al lado de La Calera, conversó con Las Últimas Noticias sobre su actual vida en familia, alejado ya de la rutina de correr tras un balón.
En la conversación, quien fuera el mejor jugador de América en 2006 reconoce que “después de dejar el fútbol, me convertí en papá a tiempo completo. Soy el Uber de mis hijos porque los llevo al colegio, a sus actividades deportivas y, a la más grande, a las fiestas. También le cambio pañales a Adán y le preparo la papa... Soy feliz”.
De paso, confiesa que se convirtió en el Uber de sus hijos, a quienes acompaña en cada actividad que realizan. Dos de sus hojas destacan en el deporte. Una en la equitación y otra en el Patín Carrera.
“Antonia hace vóleibol y equitación. Confieso que no me gusta eso de los caballos porque lo encuentro peligroso, pero igual con mi señora (Alejandra Santibáñez) la apoyamos y practica en un club en Chicureo. Aylén hace patín carrera, es campeona nacional y ahora la vamos a acompañar a una competencia en Geisingen, Alemania, donde va a representar al Team Díaz”, sostuvo.
Matías dio a conocer la razón por la que su carrera no destacó en Europa
A la hora de hacer un balance sobre su trayectoria en el fútbol profesional, Matías Fernández no duda en reconocer que tuvo una muy buena carrera, frenando los comentarios que indican que siempre pudo dar más de acuerdo al talento que poseía.
"Yo creo que hice una bonita carrera y que llegué a donde tuve que llegar. Jugué y fui campeón en Colo Colo, jugué en Villarreal, en Fiorentina, en el Milan, en Sporting de Lisboa, fui campeón de la Copa América y fui a un Mundial con la selección. Es harto", dijo.
Respecto a que si su conversión al cristianismo tuvo que ver con una falta de ambición para llegar más lejos en el fútbol, el 14 de los blancos fue claro y tajante al desmentir dicha aseveración, dando a conocer el principal motivo que lo frenó en el fútbol europeo.
"Pensar y decir eso es no conocerme y ante eso no puedo hacer nada. Para empezar, yo me hice cristiano en 2014 y me acuerdo porque fue el año en que no pude ir al Mundial por estar lesionado. O sea, mi carrera ya estaba construida", confesó.
"Si no llegué a clubes como Real Madrid, Barcelona, Juventus o Manchester City fue porque físicamente no daba para eso. La gente no lo sabe, pero yo podía jugar extraordinario un domingo, pero no podía estar al mismo nivel el miércoles para jugar otro partido. Yo estaba consciente de eso, no lo decía porque siempre quería estar, pero no me daba. Eso lo conversaba con mis entrenadores, me trabajaban, pero nunca llegué a tener el físico de Arturo, Alexis, Bravo o el Bose (Beausejour). Nada tuvo que ver que yo leyera la Biblia o que fuese callado", puntualizó.
El valor que le dio Marcelo Bielsa a la Generación Dorada
Uno de los entrenadores con los que pudo compartir durante su paso por la selección chilena fue Marcelo Bielsa, a quien Matías no duda en calificar como el gran artífice de los grandes años que ha tenido La Roja a nivel internacional.
"Para mí, Bielsa fue el gran constructor. Nos cambió el chip. Nos hizo mejores jugadores. Él nos mostraba nuestras deficiencias para corregirlas y nos indicaba lo bueno que teníamos que potenciar. Tiene ojo clínico", dijo.
El penal perfecto de la Copa América 2015
En medio de la conversación, Matías recordó el penal que abrió la definición ante Argentina en la gran final de la Copa América 2015.
"Antes de esa definición, el profe Sampaoli comenzó a preguntar cómo estábamos para tirar los penales. No había nadie designado, pero sabíamos que a Arturo le gustaba tirar el primero. Le dije a él y al profe que yo quería empezar, no sé si para salir luego del tema o porque me tenía mucha fe", señaló.
"Cuando tomé la pelota, sabía a qué lado la quería poner, apunté a la derecha del arquero, pero mi remate, si bien iba donde quería, fue más alto de lo que pensaba… nunca tuve la intención de que se elevara así", cerró.