Novak Djokovic (2º de la ATP) persiguió durante toda su carrera el sueño de la medalla de oro olímpica, y se ha aferrado a él, incluso se operó hace un par de meses para llegar a los Juegos de París 2024, porque ve la última chance de subirse a lo más alto del podio.

En los cuartos de final, Nole se midió con Stefanos Tsitsipas (11º), ya con los resultados conocidos, sabiendo que si avanzaba Lorenzo Musetti  (16º) sería su rival, luego que el italiano despachara al vigente campeón olímpico Alexander Zverev (4º), y que por la otra parte del cuadro Carlos Alcaraz (3º) con el canadiense Felix Auger-Aliassime(19º) definiría al primer finalista.

Novak Djokovic a la caza de su sueño olímpico

En el primer set, Djokovic quiso desde el inicio hacer sentir que quería que el partido fuera de rápido trámite. Y lo logró durante los primeros juegos. El griego no entraba en ritmo, y cuando oponía resistencia Nole le respondía con golpes de antología, como fue de hecho la forma en que cerró el primer set tras 43 minutos por 6-3.

No sólo al rival debió superar Novak Djokovic

En el inicio del segundo set, cuando se disputaba el segundo game, la rodilla derecha, la misma de la operación, le comenzó a jugar en contra a Djokovic. Cada vez cojeó de manera más evidente. Debió ser asistido por el médico, y no sólo una vez, en dos ocasiones. Las manos en el rostro hacían presumir que estaba viviendo una situación límite. Sus familiares y técnicos mostraron una cara de profunda preocupación.

Pensar que se retiraría Novak Djokovic era desconocer su espíritu de lucha, mismo que lo ha llevado a conseguir su gran carrera, y que no quiere renunciar a su sueño olímpico. Supo revertir dos quiebres, el marcador llegó a favorecer 5-2 a Tsitsipas, que incluso sirvió 5-3 con 40-0 cero a favor. Pero Nole en ese mismo juego, superando todo dolor físico, volvió a quebrar. Empató el marcador y forzó el tie break.

Y en la instancia definitiva de este set, misma en la que Djokovic ha estado innúmeras veces, supo sacar adelante toda su categoría, y se llevó el partido por 6-3 y 7-6 (3), en una nueva jornada que lo inscribe como uno de los grandes tenistas y que se resiste a que le arrebaten su sueño olímpico, aunque su rodilla estuvo a punto de privárselo.