La Selección Argentina, vigente campeón del Mundo y la Copa América, llegó a este partido frente a Guatemala como amplio favorito, en su último apronte previo al estreno frente a Canadá por el torneo continental.

Estos partidos ante rivales, en el papel de inferior calidad, se hacen para ganar en confianza, pero en ocasiones pueden llevar a preocupación si no se logra un resultado fácil.

Los errores iniciales marcaron el partido

Argentina se plantó en Maryland con la idea de tener un amplio dominio, tanto así que en dos minutos fueron los únicos que tuvieron contacto con el balón, pero en la primera acción de los centroamericanos vino un grosero error, que terminó en las redes a los 3’. Tiro libre desde la izquierda del ataque, que parecía inofensivo, pero la defensa trasandina no supo resolver, rebote en Nahuel Molina, Lisandro Martínez se ve sorprendido y la manda al fondo de las redes, ante la mirada de Emiliano Martínez como primer espectador y sin reacción. 1-0 para Guatemala.

Argentina logró rápido la paridad, gracias a otro error. El golero Nicholas Hagen, cargado en su poste izquierdo, intentó salir jugando, pero tiró al centro, y terminó siendo un pase para Lionel Messi, quien debió simplemente empujar la pelota para anotar el 1-1 a los once minutos.

Pero las fallas siguieron. A los 13’ el Dibu Martínez salió lejos de su portería, y el balón quedó en los pies de Óscar Castellanos, que probó de unos 35 metros, y su tiro se fue levemente elevado, cuando Argentina veía el inminente 2-1 por el error de su golero.

Pelota al piso

Argentina decidió tranquilizar un poco la rotación del balón para evitar más errores. Y eso se notó. Dominó y complicó a Guatemala. Que cometió penal a los 38’ con una infracción de Nicolás Samayoa sobre Valentín Carboni, y el penal lo terminó mandando a la red un minuto después Lautaro Martínez.

En la segunda fracción, Argentina siguió dominando con su balón al piso, circulación y aperturas. Mientras Guatemala en las pocas que tuvo era directa, sin tanto preámbulo. Aunque no lo suficiente para poner en aprietos a la Albiceleste, que desde que ingresó, en el lapso de complemento, Ángel Di María se allanó el camino a la goleada.

Lautaro Martínez, a los 65’, y Lionel Messí, a los 76’, aumentaron, en jugadas llenas de toques, con distinciones de su calidad y talento. El 4-1 reflejó lo que pasaba en la cancha e incluso pudo ser más expresivo. En un partido que comenzó con errores, pero terminó en fiesta y en juego a gran nivel para la Albiceleste, que se ilusiona con retener el título.