La Federación Turca de Fútbol (TFF) decidió inhabilitar de por a Faruk Koca, presidente del club Ankaragücü, quien agredió a un árbitro con un brutal puñetazo tras el empate de su equipo por un agónico penal en contra.

El Consejo Disciplinario del Fútbol decidió castigar con un veto de cinco años a Koca, medida que "al superar los tres años se convierte en permanente", de acuerdo a lo informado por la TFF. Así, el dirigente no podrá relacionarse a ninguna actividad vinculada al fútbol.

Faruk Koca está en prisión preventiva desde el martes por el golpe al árbitro Halil Umut Meler al terminar el partido contra Rizespor, procesado por violencia en el deporte y "lesionar a un funcionario en el ejercicio de su función".

Ya en la cárcel, el administrativo renunció a la testera de Ankaragücü y lamentó "profundamente que tanto el club, como la comunidad futbolística y nuestro país sean recordados con tal acontecimiento e imagen", aunque sostuvo que la agresión fue leve.

Ankaragücü también recibió una multa de dos millones de liras (casi 60 millones de pesos) por todo lo ocurrido, que incluyó la invasión de hinchas a la cancha. Además se sumó un castigo de cinco partidos como local sin público.

El árbitro Umult tuvo que ser llevado a un hospital hasta recibir el alta médica y además interpuso una denuncia, ya que acusa a Koca de gitarle "te mataré" antes de golpearlo en el rostro.

Una de las medidas de la Federación para reforzar la seguridad fue suspender todos los partidos profesionales por una semana, retomándose el próximo martes 19 de diciembre.

El caso ha provocado un enorme escándalo en Turquía, por una sensación de impunidad que tienen personas como Koca, empresario y exdiputado del partido en el poder, el islamista AKP que tramita su expulsión por el incidente.