El portugués Rui Pinto, el hombre que destapó diversos escándalos en el fútbol a través del llamado "Football Leaks", se sienta este miércoles en el banco de los acusados por el presunto espionaje a dirigentes de París Saint-Germain.

Aceptó este miércoles la pena propuesta por la Fiscalía francesa de seis meses de cárcel exentos de cumplimiento luego que compareció en el Tribunal Correccional de París.

El portugués reconoció los hechos, aseguró querer desembarazarse de la causa francesa para poder consagrar todos sus esfuerzos a la "burocracia judicial" que está viviendo en su país, donde calificó de "arcaica" a la justicia, en la que clubes y agentes le están sometiendo a una multiplicación de demandas.

Pinto, de 35 años, está acusado de haber accedido entre 2015 y 2019 de forma fraudulenta a los correos electrónicos del director financiero del club, del director general adjunto y de una asistente de dirección, desde diversos servidores en Francia, Portugal y Hungría.

Gracias a ello pudo extraer y descargar varios archivos que, posteriormente, fueron publicados.

La información que contenían esos archivos permitió a la justicia francesa abrir una investigación sobre racismo, al considerar que PSG incluía criterios étnicos en la valoración de los jóvenes que se formaban en su cantera.

Aunque el caso fue cerrado inicialmente en agosto del año pasado, puede reabrirse tras la presentación de otras acusaciones.

Los datos obtenidos por Pinto fueron publicados por un consorcio internacional de medios y sacaron a la luz prácticas dudosas de algunas estrellas destinadas a evadir impuestos.

Pinto comparece en calidad de acusado y de testigo protegido, un caso en el que sus abogados ponen en valor la necesidad de proteger a los denunciantes que sacan a la luz fraudes y delitos.