Una inusual imagen se vio en la revancha de cuartos de final de Copa Libertadores entre Inter de Porto Alegre de Charles Aránguiz y Bolívar de Ronnie Fernández, con una suspensión transitoria del fútbol.

Corría el minuto 41 cuando varios jugadores, especialmente del cuadro boliviano con Carlos Lampe al frente de los avisos al árbitro, advirtieron la presencia de gas lacrimógeno en el Estadio Beira-Rio, con irritación que rápidamente hizo efecto también en el cuadro gaúcho.

Incluso hinchas se mostraron con síntomas, abandonando las butacas. Si bien no se determinó preliminarmente el origen de elemento, o si fue dentro o fuera del recinto, tras casi 10 minutos de diálogo entre los jueces, futbolistas y agentes de Conmebol el partido se reanudó, pues el gas se había disipado.

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