La incertidumbre sigue en torno a la participación del serbio Novak Djokovic en el Abierto de Australia. Si bien las autoridades del gobierno del país oceánico la cancelaron por segunda vez su visado, el número uno del mundo no será deportado, pero volverá a estar detenido este fin de semana mientras el caso pase a ser investigado por la Corte Federal. 

El Tribunal de Circuito Federal de Melbourne celebró una vista de emergencia después de que el ministro del Inmigración del país oceánico, Alex Hawke, cancelara el visado del tenista, quien entró al país sin estar vacunado contra el covid-19, por motivos sanitarios y de orden público.

El juez Anthony Kelly también determinó que Djokovic permanezca en libertad hasta las 08:00 horas de la mañana del sábado cuando acuda a una cita con los funcionarios de inmigración en la ciudad de Melbourne, en donde será detenido.

El magistrado también determinó que Djokovic, quien no se ha vacunado, sea trasladado el domingo por dos agentes de aduanas desde el lugar donde será detenido a la reunión con sus abogados para preparar el caso.

Eso sí, el número uno del mundo volverá a ser detenido este sábado en un acuerdo entre las partes, en un lugar que no ha sido informado oficialmente y previo a que el jugador tenga un cara a cara con miembros del Ministerio de Inmigración, encargados de quitarle su visa. 

La decisión final tendrá lugar este domingo, cuando Djokovic deba encarar una audiencia teletemática con la Corte Federal, instancia en la que se determinará su situación y si podrá participar finalmente del primer Grand Slam del año puesto que su debut está previsto para la jornada del lunes, donde debiese medirse con su compatriota Miomir Kecmanovic. 

De igual forma, si las autoridades deciden expulsar de forma definitiva a Djokovic del país, su lugar en la parte de arriba del cuadro en el certamen pasará a ser tomado por un "lucky loser".