París Saint-Germain se coronó campeón de la Copa de Francia este viernes al derrotar por 1-0 a Saint-Etienne, en una final controversial que quedó marcada por la dura falta que dejó lesionado a Kylian Mbappé, estrella del equipo parisino.

El equipo dirigido por Thomas Tuchel dominó con comodidad el juego hasta la primera media hora. Neymar abrió la cuenta a los 15 minutos y parecía que el choque era otro trámite más para PSG.

Sin embargo, en el minuto 25, Loic Perrin, quien justo este viernes jugaba su último partido como profesional, barrió con excesiva fuerza a Mbappé, doblándole el tobillo y dejándolo tirado en el césped, con gritos de dolor.

Ante la situación, se desató una trifulca entre ambos planteles, ya que Perrin, en primera instancia, solo fue amonestado. Pero tras verificar la dura falta, el árbitro rectificó con el VAR y mostró la roja directa.

El delantero campeón del mundo abandonó el terreno de juego por su propio pie, acompañado por un médico de su equipo, cojeando visiblemente y con lágrimas en los ojos, temiendo por el alcance de la lesión, que lo puede dejar fuera del duelo clave de Champions ante Atalanta, programado para el 12 de agosto.

La tensión se mantuvo durante el resto del juego, y PSG no logró aumentar la ventaja, pese a contar con un hombre más en cancha.

Finalizado el encuentro, los jugadores del cuadro capitalino celebraron, aunque con los ojos puestos en Mbappé, quien se sumó a los festejos usando muletas. 

El próximo duelo de PSG será otra final, el viernes 31 de julio, cuando enfrente a Olympique de Lyon en la definición por la Copa de la Liga.