El keniata Timothy Cheruiyot, líder mundial del año con 3,28,77'' y subcampeón en Londres 2017, apabulló a sus adversarios en la final de 1.500 del Mundial de Atletismo de Doha 2019 con una escapada en solitario desde la primera vuelta que remató con una marca de 3'29''6.

El argelino Taoufik Makhloufi, campeón olímpico en Londres 2012, fue el mejor de la otra carrera, ganando en el esprint, con un registro de 3'31''38, al polaco Marcin Lewandowski, que a su vez relegó con un nuevo récord nacional (3'31''46) al noruego Jakob Ingebrigtsen -campeón de Europa- al cuarto lugar (3'31''70)

Cheruiyot partía como gran favorito en una prueba de complejidad táctica que a menudo presenta trampas para los mejores del ránking, sobre todo en presencia de "killers" como Jakob Ingebrigtsen o Lewandowski.

Los dos europeos soñaba con derribar la hegemonía africana en una distancia en la que el Viejo Continente dictaba su ley en los tiempos del hoy presidente de la IAAF, Sebastian Coe.

Pero nada más lejos de la realidad. No estaba el anterior campeón, Elijah Manangoi, que se había dañado un tobillo antes de Doha, pero Cheruiyot exigió respeto para Kenia.

Cheruiyot no quiso especular. Partió como una exhalación desde el disparo y rompió la carrera con 55''01 en el 400, 1'51''74 en el 800, 2'48''2' en el 1.200, y con los demás por detrás para jugarse el honor de acompañarlo en el podio.