El entrenador de la selección chilena de la balonmano, Mateo Garralda, analizó el notable 16° lugar obtenido por la Roja en el Mundial de Alemania-Dinamarca. Además, respasó el duro camino del equipo nacional tras su llegada en 2017.

"Cuando llegamos encontramos una selección rota, jugadores que habían abandonado la selección, que no estaba cohesionada y que hubo que recompoponer", sostuvo a Todo por el Deporte.

"Pero, varios jugadores hicieron un gran esfuerzo por el bien del equipo nacional y no cabe duda que hubo que realizar un trabajo táctico, técnico y psicológico para llevar al equipo lo más alto posible", aseguró el DT.

Sobre el reciente éxito en la Copa del Mundo, el español, quien fuera seleccionado de su país, sostuvo que "la sensación en muy positiva, se consiguió por un convencimiento del jugador, de que puede hacer las cosas en un sistema táctico, en el cual el jugador se sienta a gusto y de un estudio del rival profundo".

De igual manera, reconoció que "pudimos mejorar en algunos partidos el juego, por ejemplo en el partido contra Túnez, llegar a los minutos finales con opciones a ganar y meternos entre los 12 mejores, o el último partido ante Macedonia, aunque hablar de una mejor posición es complicado después del trabajo que hicieron los jugadores tan espectacular y haber quedado decimosextos".

Finalmente, el estratega se mostró preocupado, porque aseguró que "ahora mismo no hay jugadores jóvenes que puedan quitarle el puesto a los mayores, sí se está haciendo un gran trabajo en juveniles y junior, y vienen jugadores interesantes, pero hay que esperar".