A Guillermo Barros Schelotto se le volvió a escapar una victoria sobre River Plate y esta vez le costó el título de la Copa Libertadores. Tras el 2-2 en la final de ida ante River Plate, este domingo el equipo "xeneize" se ilusionó con levantar el trofeo internacional al llegar hasta el minuto 68 con ventaja en el marcador, pero nuevamente el conjunto "xeneize" cedió en su propuesta y acabó abajo por 3-1 en el alargue.

"Es difícil hablarle hoy a los hinchas de Boca, sentimos una gran tristeza por la gente que vino acá y por la gente que nos acompañó en estos 60 días desde que se inició esta final", analizó el entrenador de los auriazules, tras el partido disputado en el "Santiago Bernabéu" de Madrid, España.

"Me pone mal no llevar la copa a La Boca. El segundo tiempo fue parejo como en el primero, River no nos llegó con claridad en los 90 minutos. En el alargue, el hombre de más facilitó el control de ellos", dijo el DT, quien consideró que la expulsión de Wilmar Barrios en los 92 condicionó la táctica de su escuadra para enfrentar la última media hora.

Luego, contó lo que le habló a sus jugadores tras escuchar el pitazo final: "Les dije que me había sentido representado y se los agradecí de corazón, dieron todo".

Pese a resignarse al resultado, el "mellizo" consideró que la agresión que sufrió su equipo hace dos semanas por parte de hinchas de River, la cual provocó el aplazamiento y el traslado de la definición fuera del continente, no puede quedar impune.

"En lo deportivo esto se terminó, pero me gustaría que la Conmebol haga algo, no puede ser que apedreen un bus", remató.