Claudio Bravo es uno de los tantos amantes del fútbol que este domingo estuvieron atentos a la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors. Sin embargo, lo que era una fiesta se transormó en una pesadilla por los hechos de violencia en las afueras del estadio Monumental, donde se acordó jugar el encuentro.

"Lamentable lo sucedido en Argentina. La pasión por un deporte tan hermoso como el fútbol no debe confundirse con violencia", escribió el bicampeón de América con la selección chilena en sus redes sociales, tras el ataque al bus de los "xeneizes" que dejó en duda la realización del encuentro.

"El fútbol es una fiesta y no una guerra. Mi solidaridad con los colegas afectados", expresó el portero, que acompañó su mensaje con la etiqueta "#Respeto".

Otro que reaccionó fue Mauricio Pinilla, quien lamentó que "se ensucie así el partido más esperado de la historia".

El partido, que estaba programado para las 17:00 horas, tuvo una primera postergación para las 18:00 horas y nuevamente sufrió una reprogramación por parte de la Conmebol, que aseguró se disputará desde las 19:15 horas (22:15 GMT).