Los 12 niños tailandeses del equipo de fútbol "Jabalíes Salvajes" y su entrenador, que quedaron atrapados en una cueva el pasado julio tras una inundación, jugaron este domingo un amistoso con el equipo juvenil de River Plate en el marco de su visita a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.

Los jóvenes estarán presentes en algunas de las competiciones deportivas que arrancaron ya en la capital argentina y que se alargarán hasta el próximo 18 de octubre.

El equipo "Mu Pa" ("Jabalíes Salvajes") jugó un partido amistoso de 30 minutos con el equipo juvenil de River Plate, y visitaron también el museo, los vestuarios y el Estadio Monumental.

Además, asistieron a una competencia de BMX y un almuerzo con el presidente del COI, Thomas Bach.

Durante su discurso en la ceremonia, a la que asistieron los componentes del equipo de fútbol superviviente, Bach quiso dar la bienvenida a los tailandeses, que recibieron un estruendoso aplauso como homenaje en la apertura.

"Todos recordamos a aquel grupo de valientes jóvenes tailandeses que estuvo atrapado durante 17 días en una cueva. Los miembros del equipo de fútbol 'Jabalíes Salvajes' demostraron la importancia de estos valores deportivos, por ello los hemos invitados a venir aquí para compartir su experiencia con otros jóvenes atletas", dijo Bach.

En el Canal Olímpico oficial de Twitter, se mostraron las imágenes del momento en el que los chicos mostraron su gratitud al público desde una grada donde disfrutaron de la ceremonia.

"Los muchachos que cautivaron al mundo con su valentía, los #WildBoars de Tailandia, no podían faltar en #BuenosAires2018", posteó la organización.

Los 12 niños, de entre 11 y 16 años, junto con su entrenador de 26 años, fueron encontrados la noche del pasado 2 de julio en una zona seca, a unos cuatro kilómetros dentro de unas cuevas inundadas, tras nueve días de intensa búsqueda.

La cueva está situada en el parque natural Tham Luang-Khun Nam Nang Non, en Chiang Rai, y los trece se internaron en las galerías el sábado 23 de junio tras un entrenamiento de fútbol, cuando una súbita tormenta comenzó a inundar la cavidad y les cortó la salida.

A pesar de que su historia tuvo un final feliz, las autoridades tailandesas anunciaron la muerte de un buzo que se quedó sin oxígeno cuando intentaba llegar hasta ellos en una misión de salvamento.