Por José Antonio Prieto, @TPrietoRadio

La selección argentina hace varios años que no consigue vivir en paz. A cada rato hace agua: Finales perdidas, cambios de entrenadores, la renuncia con elástico de Messi, un juego poco destacado, etc. La lista es larga.

El visto bueno de Messi y los líderes albicelestes pareció que equilibraban la situación con la llegada de Jorge Sampaoli. Consiguieron de arremetida la clasificación y cayeron en un grupo normal en Rusia.

Empate en el debut ante Islandia con un penal errado por Messi, pero con nivel de juego regular.

Frente a Croacia la presión era grande, por nivel de juego, rendimientos individuales y resultado.

Pero todo sé derrumbó en el minuto 52: Cesión de Mercado a Willy Caballero, y el error que nunca olvidará. Pifia feroz y gol croata. Terrible fue la imagen del arquero tapándose la cara de vergüenza.

El derrumbe fue total de ahí en más. Fue 3-0 para Croacia y otra vez no apareció todo lo que se espera en el juego y de las individualidades.

Messi fue un fantasma. Los cambios de nombres y organización no le dieron réditos tampoco a Sampaoli. El equipo naufragó.

El precipicio está a un paso, pese a que aún le queda una opción complicada para seguir con vida en el Mundial

Hoy no quisiera ser Willy Caballero, menos Sampaoli o Messi, porque no sé quién puede salvarlos.