El jamaiquino Usain Bolt no pudo despedirse de las pistas como lo esperaba, pues sufrió una inesperada lesión tras tomar el testimonio en la prueba de relevos 4x100, dejando a su país fuera del podio en un Mundial de Londres en el que le tocó celeberar a Gran Bretaña. 

El equipo local se impuso con un crono de 37.47 segundos quedando por delante de un Estados Unidos que llegaba como favorito, pero sólo registró un tiempo de 37.52. El podio lo cerró Japón (38.04).

Un adiós doloroso para el que es tal vez el atleta más grande de todos los tiempos, que se acercó lentamente a la meta acompañado por sus tres compañeros de relevos en la escena más dramática de los campeonatos del mundo.

Pese a los pocos segundos que tardaron los competidores en llegar a la meta todas las miradas se quedaron en el multi medallista olímpico que vio frenado su avance y terminó cayendo en una pista en la que hace cinco años había logrado deslumbrar con notables registros en Londres 2012. 

El público británico, que lloró la lesión de Bolt, encontró consuelo con la victoria de los suyos. Chijindu Ujah, Adam Gemili, Daniel Talbot y Nethaneel Mitchell-Blake lograron la hazaña de batir a un cuarteto que contenía al campeón y al subcampeón del mundo individuales, Justin Gatlin y Christian Coleman.

De esta manera termina una trayectoria descomunal de Bolt: 11 medallas de oro y 15 en total en Mundiales, ocho (todas de oro) en Juegos Olímpicos. Una carrera que se extinguió este sábado en el mismo estadio de Stratford que fue el escenario de su segunda exhibición olímpica.

El Mundial de Londres 2017 pasarán a la historia, inevitablemente, por un adiós: la despedida del más grande al cabo de 10 años majestuosos desde los Mundiales de Osaka 2007, donde, con 21 años, asomó la cabeza con una medalla de plata en 200.