De las historias más apasionantes de la Plaza Roja de Moscú hay una que pasó, seguramente, inadvertida para los jugadores de la selección que visitaron el lugar. Y es que no es fácil advertir que, a pocos metros del Kremlin, la Catedral de San Basilio y el Mausoleo de Lenin hay un edificio imponente, de estilo soviético, hoy convertido en el Hotel Four Seasons, uno de los más caros y lujosos de la Rusia actual.

Fue inaugurado el año 1935 por el propio Stalin y fue el primer gran hotel de la Unión Soviética, que lo pensó como un lugar para albergar a la clase proletaria, pero que terminó destinado, obviamente, para los grandes visitantes. Las ideas bases del diseño fueron del propio Stalin, quien no quería que desentonara con la estética de la Plaza Roja, pero que fuera una construcción que demostrara el poderío del Soviet.

El proyecto fue encargado a dos arquitectos, Saveliev y Strapan, advertidos personalmente de lo que quería el mandatario. El coordinador de diseño, Schusev, no pudo elegir entre las dos propuestas y envió un plano de los dos proyectos dividido por una línea vertical: uno a cada lado.

Stalin devolvió los planos con una firma justo al medio, y nadie se atrevió a preguntar qué significaba eso, por lo que Schusev optó por construirlo tal cual lo ordenaba el dictador, es decir, asimétrico. Y así fue inaugurado, así funcionó por décadas, así fue remodelado y así está hoy, luego de una profunda remodelación. Un lado es distinto del otro, porque conviven, en un mismo edificio, dos diseños diferentes.

Porque nadie se atrevió a preguntar. O porque temían a la respuesta.

En Moscú todo bien ¿Puede jugar Alexis frente a Alemania pese a su tobillo? ¿No será mucha la exigencia? ¿Y Claudio Bravo, está recuperado, seguirá en el City o se cambiará de equipo? ¿Y Medel, vivirá cerca del Duomo o del Obelisco? ¿Y se arregló el problema de los premios que tanta división ha causado en estos días? ¿Es verdad que, para presionar, la visita a la Plaza Roja la hicieron de civil y sin el uniforme de la selección?

Porque así estaban. Con ropa de calle cuando pasaron frente al hotel que se hizo miti-miti, porque todo el mundo temía por la respuesta.