En el afán de ganar en el fútbol, hay una obligación: Hacer un gol más que el rival. En esa búsqueda se dan partidos de fácil trámite donde terminas goleando o goleado, u otros reñidos donde hasta el final no se sabe quién gana.

Como sea, recibir un gol nunca es bueno y si a eso le sumamos condimentos extras se transforma en un dolor de cabeza. Es que el destino siempre te pondrá al frente a un jugador que pasó por tu equipo. Y mientras más cariño le tengas a ese sujeto, más te dolerá cuando le anote a tu club.

En los últimos 20 años hay un ejemplo que ha quedado en la memoria del futbolero. Se jugaba el torneo nacional 1995 y Universidad Católica recibía a Colo Colo. Marcelo Barticciotto, emblema albo, estaba en las filas cruzadas y le anotó al cacique. No lo celebró, con lo que ganó más admiración de los hinchas blancos y críticas del lado universitario.

Casi 20 años después los hinchas católicos vivieron la otra cara de la moneda. Enfrentando a Unión Española, ganaron los rojos por la cuenta mínima con tanto de Milovan Mirosevic sobre el final del encuentro.

¿Cuál de esas dos situaciones es peor? La segunda, sin duda. Es que la sensación de haber perdido un jugador histórico por malas decisiones de la dirigencia y que más encima te haga un gol, es meter el dedo en la llaga.

Por eso el gol de Alvaro Ramos a la UC en la última fecha del Torneo de Apertura puede picar, pero no significa nada en comparación a lo del "Milo".

Es cierto que el "Chanchito" sólo marcó 20 goles en tres años por los universitarios y que ahora por Wanderers les anotó de cabeza, pese a que mide 1,67 centímetros, pero no, no es lo mismo a lo vivido el año pasado.

Tras el encuentro con los verdes, fanáticos cruzados en redes sociales manifestaban su pesar porque "siempre" les pasa lo mismo, en relación a que un ex jugador les anote.

En los últimos cinco años la UC ha recibido 377 goles, de los cuales sólo 27 (7,1%) han sido marcados por sujetos que pasaron por sus filas. De ellos, el "anti goleador" es Pablo Calandria, quien les ha anotado seis tantos con O'Higgins desde 2013.

Eso deja claro que el problema no es la cantidad de goles recibidos, sino la carga emotiva de los mismos. Y ahí, la portada del libro es el gol del ahora volante de hispanos.

A tener en cuenta. Mirosevic es el goleador de los últimos 25 años en Universidad Católica con 96 goles. Estando tan cerca del centenar, es una obligación de Cruzados traerlo de vuelta. Para así dejar atrás el sabor amargo de aquel gol en Santa Laura.