El jefe de árbitros de la Conmebol, Carlos Alarcón, indicó a el diario El Mercurio que fue "una broma" la polémica conversación telefónica filtrada por la prensa argentina, entre el fallecido presidente de la AFA, Julio Grondona y el jefe arbitral trasandino Abel Gnecco, en la cual trasciende el posible amaño de un partido entre Boca Juniors y Corinthians en la Copa Libertadores en 2013.

"Mirá Carlos, si no lo quieren, no sé, lo quiero yo y ponelo, y dejame de hinchar las pelotas, le dije a Alarcón... Poneme a Amarilla y dejame de joder", fue parte de la conversación donde se señala la selección del juez paraguayo para dirigir ese encuentro que terminó por clasificar a los "xeneizes" a la semifinal del certamen.

Según el mismo Alarcón, la prensa malinterpretó la afirmación de Gnecco a Grondona. "Si a nosotros nos graban todas las bromas que hacemos, estaríamos en la cárcel. Fue una broma que se sacó de contexto".

Después de hacerse público el diálogo telefónico, el jefe arbitral de Argentina puso su cargo a disposición y el juez paraguayo Carlos Amarilla quedó suspendido por la asociación de fútbol de su país, pero Alarcón aseguró que no renunciará frente a la jefatura de árbitros del organismo sudamericano.

Por último, Alarcón desmintió que aquel duelo entre Boca y Corinthians haya sido manipulado a favor de los argentinos, sentenciando que "pongo las manos al fuego por Amarilla. Yo lo puse para ese partido. Es un árbitro que nos ha dado grandes satisfacciones. En ese partido no estuvo feliz, lastimosamente tuvo errores y los admitimos".