Se corría una clásica carrera la Paris-Roubaix, en Francia, cuando una insólita interrupción fue transmitida en directo por la televisión: la ruta pasaba por un cruce ferroviario y los deportistas tuvieron que detenerse para no ser arrollados. Ahora los Ferrocarriles de Francia (SNCF) amenazan con demandar a los ciclistas que cruzaron cuando las barreras ya estaban abajo.