Una épica tanda de penales (tras el 0-0 en el partido), que necesitó 22 lanzamientos y que erigió en héroe al portero Boubacar Barry Copa, autor de la última tapada y del último gol en los tiros, coronó a Costa de Marfil, por segunda vez en su historia, como campeón de la Copa de Africa.

El conjunto marfileño, que disfruta de una transición de jugadores, pero que aún se sostiene en futbolistas que marcan el paso en alguno de los relevantes clubes del Viejo Continente, salió airoso de su duelo ante Ghana, que puso más durante el tiempo de juego, pero al que los 11 metros le dieron la espalda.

La definición, incluso, estuvo llena de incertidumbre. Costa de Marfil falló los dos primeros. Ghana los anotó. Pero el equipo del israelí Avram Grant marcó uno de los tres restantes y permitió la resurrección marfileña, que convirtió los tres.

Después los tiros fueron al error. Nadie se equivocó y la responsabilidad llegó a los porteros. Brimah Razak y Copa frente a frente. El ghanés, que juega en Mirandés, falló el suyo. Lo detuvo Barry Copa. Después, el portero de Lokeren de Bélgica, que no fue titular en la mayoría de los partidos de su selección en el torneo, batió a su adversario. Fue el héroe de la final.

Costa de Marfil volvió a dejar su destino en mano de los penales. Así ocurrió también en las otras tres finales de la Copa Africa que disputó. Todas ellas, igualmente, terminaron sin goles. Pendientes de los 11 metros. Dos de ellas las perdió. Ante Egipto en Egipto 2006 y contra Zambia en Gabón/Guinea Ecuatorial 2012. Solo ganó la de Senegal 1992.