El serbio Novak Djokovic (1°) asegura que gran parte de su éxito en terminar el año como número uno del mundo la tiene su entrenador, el alemán Boris Becker, y la forma en que ha trabajado con él su parte mental.

"Ha habido momentos altos y bajos, como en cualquier otra relación entre un entrenador y un jugador", dijo Djokovic. "No puede ser todo perfecto desde el principio hasta el final. Al comienzo de la temporada nos llevó tres o cuatro meses entendernos, trabajar, hablar de tenis y de la vida", comentó.

"Ha sido importante tener esta química en la relación privada para obtener resultados y éxitos sobre la pista en los entrenamientos y en los partidos", dijo el serbio. "En Roma nos sentamos los tres, Marian (Vajda), Boris y yo, y decidimos cuál sería nuestro camino, y eso ha ayudado a mi relación con Boris".

"La mayor influencia de Boris en mi juego es la parte mental", continuó el balcánico, "su habilidad para soportar la presión, entender los desafíos y superarlos en los encuentros difíciles en los grandes torneos", dijo. "Todo eso que en su caso se ha ido desarrollando siendo número uno del mundo y multiganador de torneos de Grand Slam", explicó.

Djokovic dijo que ser número uno del mundo "es lo máximo del deporte", al igual que ganar torneos de Grand Slam. "Es algo que te permite escribir la historia de este deporte. Es difícil decir qué es más importante. Pero ambos han sido mis objetivos al principio de la temporada, y estoy feliz de haber sido capaz de conseguirlos. Ganar un Grand Slam y ser número uno en una sesión", señaló.