La ciclista Irene Aravena, quien sufrió un grave accidente en los Juegos Sudamericanos Santiago 2014, relató al diario El Mercurio la dura experiencia que le tocó vivir.

Aravena chocó con un partidor que no fue retirado de la pista y quedó con fractura de la rodilla izquierda y el pulgar de su mano derecha.

"Cuando abrí los ojos, tras la caída, miré mi pierna y vi los huesos afuera. Ahí quedé en shock. Después no quería ver los videos en la tele ni nada, pero ahora ya los estoy revisando con calma", comentó.

"Veo los mensajes de apoyo en Internet y vi la tele un par de veces. Lo demás me bajonea. Paso por un periodo fuerte psicológicamente, con crisis de pánico. Al día me dan unas dos o tres", agregó.

"Pensé que me estaba desangrando. Cuando me llevaron a pabellón, me levantaron lo que tenía puesto y vi todo rojo, creí que iba a morir", confesó.

Internada en la Clínica Santa María, donde este martes recibirá el alta, dijo que "me da rabia lo que pasó, con la gente que estaba ahí y que no hizo nada. Y también pena, porque andaba bien y lo perdí todo. Perdí la opción de ganar una medalla, que significaba un Prodar, la estabilidad económica. También tenía planificado ir al Panamericano de septiembre, a buscar clasificar a Toronto 2015. Ya no podré ir".

La familia de Irene Aravena decidió querellarse contra los responsables de este hecho.

"Todo el mundo sabe que hay culpables. Yo pienso que será el comisario de la UCI (el brasileño Iverson Ladewig, a cargo de la coordinación en el velódromo). Tiene que haber algo formal para que esto no vuelva a pasar", señaló Manuel Aravena, padre de la pedalera.