Alberto González y su presente en la vela: "Yo no tengo techo"
El medallista de oro y campeón mundial de Lightning afirmó que aún le queda mucho por entregar.
Valoró la química y amistad que une a su equipo y señaló que es clave para tener éxito en las pruebas.
El multicampeón mundial y reciente medallista de oro en los Juegos Panamericanos, el velerista Alberto González, analizó las últimas buenas temporadas que ha cumplido con su equipo y el orgullo que le provocó estar entre los nominados para ser el mejor deportista del país, el que recayó finalmente en la arquera Denisse Van Lamoen, algo que a juicio del especialista en Lightning es un premio merecido.
Pese a no ganar el "Cóndor de Oro", aunque sí la nominación como mejor exponente de la navegación a vela, González aseguró que "no hay decepción en esto, estar entre los seis nominados para nosotros es ya un honor. Después de eso, es un regalo de Dios. Cualquiera de los seis se lo merecía".
Afirmó que "Denisse ha hecho un gran trabajo, pues como dije, caerse en el suelo, estar arrastrándose, pasar varios años en la oscuridad, y levantarte de vuelta y ganar es muy bonito, muy merecido eso".
Siempre en el agua
González manifestó que estas nominaciones son "un honor y yo lo hago con mucho gusto, mucho placer, me encanta lo que hago, en estos días estuve navegando en Aculeo, solo, con un tipo más que es de la mitad de la tabla, pero ahí estamos, en el agua, y ahora me voy a Pucón, pasamos las fiestas entrenando allá y esa es nuestra vida, lo que nos gusta es estar en el agua".
Pese a haber ganado siete campeonatos mundiales, además de acumular tres medallas de oro, dos de plata y una de bronce en Juegos Panamericanos, González aseguró que "yo no tengo techo, el techo es el tiempo que me queda por navegar, ese es. El tiempo en que ya no tenga energía, que no tenga las ganas, que no tenga el entusiasmo o la pasión, pero todavía los tengo adentro".
Agregó que "estoy joven, estoy fuerte, estoy más entrenado que cuando tenía 25 ó 28 años, me cuido mucho y puedo seguir haciendo esto por un rato más. El día que no pueda, voy a ser el primero en largarme a la casa y dar un paso al lado porque me gusta ganar y me frustra perder".
"Lo más importante que he aprendido yo en toda mi vida es la química, la amistad y la manera de llevarte con el equipo. Yo he perdido muchos torneos porque ha habido roces, discusiones entre los tripulantes del equipo y eso ha sido fatal", reconoció.
Sin embargo, junto a Cristián Hermann y su hijo Diego, aseguró que "hemos cumplido un gran ciclo juntos los tres, y eso es lo lindo. Este equipo tiene en particular esa gran virtud, de la amistad, la unión y la química que hay, el apoyo, es como si fuéramos uno solo y esa es nuestra fortaleza".
Por último, analizó que tendrá un año de preparaciones en 2012, pues "no tenemos mundial este año de Lightning, no tenemos Panamericano, así que es un año un poquito más lento, que servirá para ir preparando al equipo para lo que vendrá en 2013, mundiales, norteamericano. Estamos llenos de eventos".