Más de 450 máquinas del servicio de transporte público Transantiago sufrieron las consecuencias de los desmanes tras el triunfo de la U. de Chile en la Copa Sudamericana, resultando dañadas o totalmente destruidas en La Pintana, Puente Alto y Huechuraba.

De esas máquinas, un tercio pertenece a la empresa de transporte Subus. La gerenta de Asuntos Corporativos, Claudia Brandes, detalló que "lamentablemente agredieron a más de 18 conductores y destruyeron 150 buses en el curso de la noche".

Brandes dijo que grupos de hinchas "también tomaron buses, los desvían de su camino y hacen que los lleven a zonas específicas de la ciudad. Hubo cuatro de estas acciones de desvío de buses".

"Fue una noche muy compleja, muy difícil. Hasta las seis de la mañana estuvimos recibiendo buses vandalizados", comentó Brandes, que estimó los daños totales en 45 millones de pesos.

El sindicato exige al Ministerio de Transportes hacerse cargo de los daños que sufrieron los choferes, ya que algunos de ellos fueron golpeados e incluso apuñalados. Uno de ellos incluso indicó que los carabineros "no fueron capaces" de bajarlos del bus.