Los jugadores de Quilmes, donde milita el chileno Charles Aránguiz, se entrenaron este martes con custodia policial tras las agresiones que sufrieron el sábado último por parte de barrabravas del club.

Policias resguardaron el entrenamiento de Quilmes. (Foto: Olé.com.ar)

"Es lamentable que tengamos que entrenarnos así", aseguró Leonardo Madelón, técnico del equipo del sur del Gran Buenos Aires, que marcha último en la clasificación del torneo Apertura, disputadas 13 jornadas.

Tras caer a domicilio por 1-0 ante el Gimnasia y Esgrima La Plata, un grupo de hinchas violentos de los "cerveceros" agredió con piedras al bus en el que regresaban los jugadores, cuyos automóviles también fueron dañados en las instalaciones del club.

Los dirigentes y el cuerpo técnico suspendieron el entrenamiento de este lunes y hoy, con garantías del Gobierno de la provincia de Buenos Aires, regresaron a las prácticas bajo una fuerte custodia policial.

El presidente del club, José Luis Meiszner, opinó este lunes que "en cualquier momento aparecerá un muerto en el fútbol argentino", al analizar las agresiones sufridas por los futbolistas.

"No hay que ser un oficial de Scotland Yard para darse cuenta que hay que proteger y custodiar un bus, que entró sin custodia en la ciudad antes de pasar por una zona peligrosa", aseguró al aludir a la falta de previsión de las autoridades policiales.

"Cuando uno de estos impresentables (hinchas) se mezcla entre los normales la batalla está perdida y no va a tardar mucho para que aparezca un muerto en el fútbol si seguimos así. Yo no descarto presentar mi renuncia al club", apuntó.