Los siete empleados del bar mexicano donde el paraguayo Salvador Cabañas fue herido el 25 de enero pasado negaron a través de un abogado una supuesta complicidad con el agresor, aunque admitieron la posibilidad de haber cometido delitos menores.

"Sí, por supuesto. Hay encubrimiento por favorecimiento, mas no obstrucción, en mi opinión", sostuvo en una rueda de prensa el abogado Juan Antonio Araujo, quien representa a los siete empleados del establecimiento nocturno de la capital mexicana donde se registró el incidente.

Araujo puntualizó que está a la espera de que la Fiscalía de la capital mexicana acuse formalmente a sus defendidos ante un juez para solicitar de inmediato el amparo de la justicia y su inmediata libertad.

Siete empleados del bar están bajo detención preventiva desde el día de los sucesos para permitir a las autoridades investigar su presunta responsabilidad en el delito de tentativa de homicidio en grado de coparticipación.

El abogado presentó imágenes en vídeo para sustentar la presunta inocencia de los empleados del establecimiento, señalados por no revisar al agresor a su llegada, considerado por las autoridades como el momento en el que se introdujo el arma con la que se le disparó a Cabañas.

El abogado ha sembrado nuevas dudas sobre el momento en el cual el agresor introdujo el arma al establecimiento y también sobre el hecho de que el futbolista haya visitado el baño en dos ocasiones en menos de nueve minutos y rechazó que se reclame a los empleados que no hayan detenido al sujeto.

"Es imposible pedir una conducta diversa a mis defendidos. No haber sido los héroes del metro", dijo el abogado.

El abogado rechazó que los empleados hayan bloqueado la atención inmediata de Cabañas y dijo que vídeos dan cuenta de que la policía llegó en tres minutos y que los servicios de auxilio arribaron 14 minutos después de la agresión.