Diario de viaje: Los hombres también lloran
Rodrigo Astorga da cuenta desde Alemania del dolor de Robert Enke.
Revise el blog del periodista de Al Aire Libre en Cooperativa.
Creo que hay pocos dolores más difíciles de superar que la pérdida de un hijo. Quienes tenemos la dicha de ser padres sufrimos cuando uno de nuestros pequeños está enfermo o algo los inquieta, por ello nadie desea sentir en carne propia, el sufrimiento que significa la muerte de lo más sagrado para un ser humano.
Pensaba en lo duro que debió ser para Robert Enke ver morir a su pequeña de dos años al punto que sus fantasmas no lo dejaron superar la pérdida y ni siquiera el consuelo de una hija adoptiva lo ayudó para evitar el camino del suicidio. No soy nadie para condenarlo, nadie para castigarlo por su determinación, sólo que creo que siempre hay razones para seguir viviendo más aún cuando tenemos una familia junto a nosotros, pero cada uno tiene sus propias mochilas que cargar y no siempre se pueden dejar a un lado para seguir adelante.