La croata Blaka Vlasic dejó en el olvido su segundo lugar en los Juegos Olímpicos de Beijing y sus cuatro derrotas del último tiempo ante la alemana Ariane Friedrich y se convirtió en la campeona mundial de salto alto en Berlín 2009.

En una gran final, Vlasic espantó todos sus fantasmas y se cobró desquite de Friedrich, quien incluso se quedó sin la plata, que fue a parar a las manos de la rusa Anna Chicherova.

Tras superar sin problemas el 1,96 y con algo más de suspenso el 1,99, la bella balcánica tuvo su primer nulo en los 2,02, pero luego lo superó con tranquilidad.

Los 2,04 complicaron a Vlasic, que sólo en el último intento aseguró la medalla de oro. En ese minuto, Friedrich, que ya había derribado dos veces el larguero en esa altura, se la jugó con un salto de 2,06 para tratar de arrebatarle el triunfo a la croata, pero no sólo perdió el oro, sino también la plata, porque Chicherova había pasado los 2,02 en menos saltos.

Con la victoria asegurada, Blanka Vlasic fue por el récord mundial de 2,10 metros, pero falló. Tras un impacto inicial, la campeona dio rienda suelta a su alegría y lloró de emoción: la mala racha había terminado.

Robles penó en los 110 vallas

La ausencia del cubano Dayron Robles, campeón olímpico y plusmarquista universal, marcó la final de los 110 metros vallas, que ganó el barbadiano Ryan Brathwaite en fallo fotográfico.

Brathwaite batió el récord nacional de su país con 13"14 y precedió a los estadounidenses Terrence Trammell y David Payne, plata y bronce con el mismo tiempo de 13"15.

La jamaicana Melaine Walker, campeona olímpica en Beijing, consiguió un año después el título mundial de 400 metros vallas batiendo con la mejor marca del campeonato (52"42) a la estadounidense Lashinda Demus, que llegaba como líder del ranking.

Demus fue segunda con 52"96 y el podio se completó con la trinitaria Josanne Lucas, que batió la plusmarca de su país con 53"20.