Revise la última entrevista de Francisco "Chamaco" Valdés a Cooperativa.cl
El ex volante repasó en vida sus historias dentro de una cancha de fútbol.
Conozca las anécdotas y sinsabores del recientemente fallecido ex capitán de Colo Colo y la selección.
Francisco Valdés jugó gran parte de su carrera en Colo Colo, club donde se consagró como referente indiscutido en su extensa galería de ídolos.
Pero también se desempeñó en Unión Española (1970), Deportes Antofagasta (1971), Santiago Wanderers (1976), Cobreloa (1977) y Deportes Arica (1981), donde finalmente se retiró con 40 años de edad. Fueron 24 años de una carrera que ostenta dos títulos nacionales (1963 y 1972).
- "¿Lo mejor que me tocó vivir como jugador?
Haber jugado en el Colo Colo de 1972, que fue campeón. Todo el mundo recuerda al equipo del '73, pero ese equipo no ganó nada, salvo su derecho a disputar una final de Copa Libertadores que, como ya todos saben, nos robaron los dirigentes de Independiente de Avellaneda", comentó.
"¿Me van a creer que nunca fui goleador en un torneo? Sé que fui goleador de Colo Colo en más de una oportunidad, pero nunca logré serlo en un campeonato nacional", agregó.
- ¿El gol más espectacular?
"Chamaco" recuerda de inmediato el que le marcó a Botafogo en Río de Janeiro el 6 de abril de 1973.
"El gol más bonito -relató- fue el que hice en el Maracaná, y que extrañamente lo anuló el árbitro sin justificación alguna, pues era perfectamente legítimo. Estaba en el vértice del área grande, levanté la cabeza y vi adelantado al arquero, al que vencí con un globito perfecto. Como habrá sido de injustificado el cobro que incluso los jugadores de Botafogo quedaron medio extrañados. Hasta el día de hoy no sé qué fue lo que pasó", manifestó.
"Fue indignante, pero luego nos olvidamos del asunto porque ganamos finalmente 2-1, y más encima con un penal que serví yo mismo. Era la primera vez un equipo chileno ganaba en Brasil y pasaba a disputar la final de la Libertadores. También le hice un gol de mitad de cancha al 'Loco' (Hugo Orlando) Gatti en Buenos Aires, pero me quedo con el otro", agregó "Chamaco".
- ¿Su anotación más trascendente?
"El gol más trascendente de mi vida fue el lanzamiento penal que marqué ante Botafogo. Ese gol nos dio el pase a la final de la Copa Libertadores en 1973", declaró.
El ex capitán de Colo Colo y la selección chilena recordó su equipo predilecto, pletórico de figuras cuyo buen funcionamiento les permitió descollar en los campos de juego.
"Yo me sentía cómodo con los jugadores de Colo Colo 1973: Leonardo Véliz, Carlos Caszely, Leonel Herrera, Elson Beiruth, el "Loco" Páez y el resto... Ese era un equipazo. Ellos se adecuaban muy bien a mi juego. Me entendían todo lo que pensaba hacer, como si me leyeran la mente", aseveró.
"Chamaco" y la camiseta de Colo Colo. Una postal inolvidable. |
Su paso por la selección
Valdés recordó su paso por la selección chilena, la que calificó como un paso lleno de contrastes. En Inglaterra 66 fue suplente, pero ocho años después, en Alemania 1974 fue el líder de un equipo que estaba plagado de figuras.
"Mi participación en la selección nacional fue bastante satisfactoria. No lo fue tanto en el Mundial de Inglaterra 1966, ya que no me dieron la oportunidad de jugar siendo que varios jugadores de ese equipo no pasaban por un buen momento. Pero luego vino lo de Colo Colo en 1973 -vicecampeones de la Copa Libertadores- y la clasificación al Mundial de Alemania 1974, torneo en el que participé como capitán en circunstancias que en ese equipo estaba Elías Figueroa, un monstruo que nunca puso en duda mi liderazgo. También jugaban Alberto Quintano, Carlos Reinoso, Carlos Caszely, el 'Negro' (Sergio) Ahumada, Leonardo Véliz...", sostuvo Valdés haciendo un resumen de su experiencia en la selección chilena.
Pozos negros, situaciones ingratas
No hay jugador que no haya caído en pozos negros, crisis marcadas por la escasez de inspiración, lesiones graves o, al menos en el caso de ambos jugadores, una deficiente producción de goles.
"Sequías casi no tuve. Trato de recordar y creo que nunca pasé por sequías graves", señaló "Chamaco", aunque sí rememoró haber vivido otras situaciones ingratas, claramente ominosas para un jugador de su jerarquía, las que derivaron en una suerte de exilio que se extendió por dos temporadas.
"Fue a comienzos de 1970, cuando el presidente de Colo Colo de ese entonces, Héctor Gálvez, conversó con Abel Alonso y me traspasó a Unión Española sin consultarme nada. Fue una negociación entre gallos y medianoche, y sólo vinieron a comunicarme el traspaso cuando ya estaba todo oleado y sacramentado", recordó.
"Gálvez tomó esa decisión -continuó- porque el técnico (Francisco Hormazábal) no me quería en el equipo. Fue humillante, de verdad que muy doloroso para mí, que siempre fui hincha de Colo Colo. 'Bien', les dije, 'si me quieren prestar, espero que sean lo suficientemente derechos para borrar la cláusula contractual que me impide enfrentar a Colo Colo'. En Unión Española también fui figura, y también lo fui en Antofagasta, tanto así que el Zorro (Luis) Alamos me llevó de regreso a Colo Colo en 1972", puntualizó.
Chamaco y los niños, su trabajo de toda la vida. |
Las infaltables decepciones
Para el ex volante no hay dudas, su peor decepción en su carrera futbolística fue perder la final de la Copa Libertadores en 1973.
"La derrota en la final de la Copa Libertadores de 1973 me dejó muy amargado. Estaba claro que éramos mejores, pero Independiente tenía dirigentes muy tramposos y un cuerpo técnico curtido en las malas artes. No había televisión, no existían los exámenes antidoping, no había nada que pudiera desenmascararlos. Como premio de consuelo queda el hecho de saber que éramos los legítimos campeones", explicó "Chamaco", quien enalteció la calidad moral de quienes conformaron el recordado equipo dirigido por Luis Álamos.
Trances insólitos
- ¿El gol más insólito que convirtió?
Una pregunta fácil para Valdés. "Sin duda fue el le hice a la Unión Soviética (21 de noviembre de 1973) por las eliminatorias al Mundial de Alemania 1974", disparó.
"La selección soviética no vino a disputar la revancha en protesta contra la Junta Militar (N. de la R.: el encuentro de ida se jugó en Moscú y terminó empatado 0-0), pero el reglamento nos obligaba a presentarnos igual. Jugamos contra fantasmas: partimos en mitad de la cancha combinando con Carlos Reinoso y Julio Crisosto, y al final me la pasaron a mí para que empujara la pelota. Sí, fue una situación rarísima, pero el gol había que hacerlo. Ojo: jugábamos en el Estadio Nacional, recinto que había sido improvisado como centro de detención tras el golpe militar", aseguró.