¡Consígueme una entrada!
A estadio lleno será el partido de Fernando González ante Lleyton Hewitt en el Abierto de Australia, y aunque algunos chilenos incluso pretendían venir desde Sidney a ver el pleito, deberán pagar fuertes sumas de dinero en el mercado de reventa.
Por José Arnaldo Pérez, enviado especial a Melbourne japerez@cooperativa.cl
Se dice siempre que uno en la vida debe seguir los buenos ejemplos. Y nunca olvidaré la primera vez que nuestro colega de labores y destacado periodista Aldo Schiappacasse dijo algo así:
"Yo jamás conseguiré una entrada a un partido de fútbol a alguien, así que no me las pidan, porque por más que trabaje en esto yo no tengo relación con los directivos para pedirlas, y mucho menos porque no corresponde. Así que dejemos las cosas claras, no me pidan entradas por que la respuesta siempre será NO". Gran definición de principios y me adhiero a ella.
Y aunque lo he dicho cada vez a conocidos, siguen pidiendo una entradita para este partido, u otra para aquél. La respuesta es siempre la misma: no.
Al viajar y ver realidades de países diferentes creía que ese mal era propio. Pero equivocado estaba. La expectación por cualquier evento de interés siempre será alta. Y para los australianos su torneo abierto de tenis, lo mismo que para los residentes de las diversas colonias, es un suceso total.
Por eso no es raro ver una comunidad multicultural de banderas y camisetas. Griegos, suecos, rusos, estadounidenses, argentinos, españoles, franceses y, obvio, chilenos. Ni hablar de croatas y serbios que ya les he contado que incluso a este escenario trasladan la rivalidad que les llevó a una guerra en el viejo mundo.
Es por ello común ver casi siempre los estadios con mucha concurrencia. Y si avanzan los locales ni decir.
Así llegamos al pleito de este sábado entre el crédito "canguro" Lleyton Hewitt y Fernando González, en un estadio que está vendido con antelación, y al que por más que los chilenos quieran concurrir -en una suerte de clásico para estos compatriotas residentes- no hay caso. Todo vendido. Más lo lamentan quienes viven en ciudades diferentes como Sidney y querían aprovechar el fin de semana para ver al de La Reina.
No les quedará más que comprar boletos en el mercado negro o reventa Salvo que se lo consigan con contactos o alguien que pueda llegar a esos privilegios "Oiga y usted que es periodista y viene de Chile no podría conseguirme una entrada". Bueno, una pregunta que se entendía quizás por la necesidad de un compatriota de ver a su ídolo en esta lejana tierra defendiendo nuestros colores. El segundo pudo ser coincidencia. Y el tercero, y el cuarto... ¿Cómo lo definiríamos?
Ahora, en las afueras de estos eventos es común ver gente con carteles que dicen necesito una entrada. Y les empiezo a encontrar razón de su interés, eso no quiere decir que mi declaración de principios sea abolida.
Mejor les cuento que este día viernes la lluvia fue un invitado principal de hecho Fernando González, además de querer evitar un desgaste, se retiró de los dobles mixtos donde haría "pareja" con su "pareja", la argentina Gisella Dulko, enfrentando a otra "pareja" de un checo y una italiana, en una confrontación que se asumía "pareja"-.
Ante tanta demora los tenistas comparten el tiempo y a la espera que las canchas se sequen, salen a caminar por los alrededores. Aquí va Roger Federer, un poco más allá pasó Nicole Vaidisova. ¡Ahhh!, no la miré bien porque estaba observando a Maria Sharapova. ¿Y ese que no es James Blake? ¿Cuál el que está cerca de Marat Safin?
Y en los días pasados también ya se observaba con ropa de civil y no de práctica deportiva a los jugadores eliminados. El croata Ivan Ljubicic transitaba como cualquier mortal hasta que alguien lo descubría y de allí venía la marejada de autógrafos.
Pensé un rato, viendo en cancha a Federer contra Mikhail Youzhny, y sabiendo que después actuaba Marat Safin contra Anddy Roddick. El estadio estaba colmado, no caía ni una conexión de Internet. Y afuera muchos caminando con el deseo de ingresar, pero consolándose en los courts cercanos viendo a Gael Monfils y Richard Gasquet. Miré la credencial que tenía colgada al cuello, y volé.
¿Qué haría si no la tuviera? Obvio, buscaría un amigo que tuviera contactos y con el deseo de ingresar a este torneo de torneos (junto a Roland Garros, Wimbledon y Flushing Meadows) y le diría "consígueme una entrada..."