La selección de Estados Unidos salvó el honor en el Campeonato Mundial de 2006 al conseguir este sábado la medalla de bronce tras derrotar por 96-81 ante un conjunto argentino que no logró mostrar la intensidad defensiva ni el control del juego que le caracteriza como un equipo temible.

El conjunto adiestrado por Sergio Hernández llegó al torneo con el objetivo de llevarse el título que perdió en Indianápolis en la final, pero acabó apartada del podio luego de las derrotas ante España y luego por el elenco estadounidense.

El campeón olímpico de Atenas ya sabía lo que era ganar a un equipo de la NBA. En Indianápolis 2002 lo logró en la primera fase al tumbar a un equipo que llevaba 58 partidos sin perder.

Estados Unidos finalizó en este Mundial sexto con el orgullo herido en Japón trató de reparar, pero se topó ante una selección griega pletórica.

Las dos selecciones salieron a jugar con una cierta relajación. Nada que ver con la intensidad que exhibieron en la víspera. La decepción que arrastraban al no poder disputar el título y el peso de las piernas tras el esfuerzo titánico realizado en semifinales terminaron por disminuir su condición.

Ante la distensión defensiva existente, el partido parecía destinado a decidirse en el capítulo ofensivo, algo muy peligroso para Argentina dado que el combinado NBA es ahí donde mejor se mueve.

Sin embargo los jugadores argentinos comenzaron dominando dado que en frente se encontraron con una zona, que no les costó nada romper.

La selección estadounidense se mostró errática en ataque y permitió rápidas transiciones a su rival, comandadas por un inspiradísimo Pepe Sánchez.

El conjunto sudamericano se fue con una cómoda ventaja al segundo cuarto (21-29), que comenzó con la misma dinámica y un Carlos Delfino que lo metía todo.

El escolta de Detroit Pistons demostró que se merece más minutos en la NBA con un recital de lanzamientos y penetraciones. Los seis primeros puntos de su equipo en este corte fueron suyos.

Sin embargo, Argentina se enredó y en el vértigo ofensivo, Estados Unidos comenzó a hacer daño.

Carmelo Antonhy lideró la remontada estadounidense con un triple y una canasta con tiro adicional que transformó hasta poner por delante a los suyos (45-46)

A partir de ahí Estados Unidos ya no perdió el control de la situación, con un rival que además se había cargado de faltas. Los pupilos de Mike Krzyzewski se hallaban en su salsa. Entraron al tercer cuarto con un ritmo de anotación sostenido frente a un conjunto argentino que comenzó a tener problemas para ejecutar sus jugadas.

Estados Unidos comenzó entonces su escapada en el marcador, de la mano de LeBron James y Shane Battier, quien colocó el 69-59 cuando faltaba un minuto para el final del tercer cuarto.

Argentina estaba tocada. En el capítulo definitivo, Dwyane Wade se ocupó de rematar a la albiceleste con un recital de puntos terminando el partido con 32 puntos.

Este domingo a partir de las 06:30 horas (10:30 GMT), Grecia y España definirán el título mundial con una gran duda para el elenco hispano: el pívot Pau Gasol, quien aún no se recupera de la lesión que sufrió en semifinales. (EFE)