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Por Rodrigo Hernández

El partido ante Marat Safin era una prueba de fuego para Fernando González. Un test que mediría fielmente si su auspiciosa campaña en los Masters Series europeos tenía bases sólidas porque no hay especialista en arcilla en el mundo que prefiera brillar en Montecarlo, Roma o Hamburgo por sobre Roland Garros.

No podía ser un estreno más complejo, por mucho que Safin viniese en baja y ganando pocos partidos. El ruso es un león dormido y a sus 26 años tiene mucho por ofrecer. Quizá se piense que es un jugador gastado, pero tiene todavía margen para un impulso final en su carrera. No olvidemos que en 2005 se adjudicó el Abierto de Australia y fue capaz de ganarle a Federer jugando a un altísimo nivel. Apenas hace 15 meses.

Este martes el "Bombardero de La Reina" no desaprovechó su paso por la cancha central, se impuso por 6-3, 1-6, 6-3 y 6-1 en dos horas y media de juego y presentó su candidatura en Roland Garros. Puede parecer prematuro y, además, riesgoso asignarle tal responsabilidad, pero lo cierto es que González se ganó el derecho a integrar un selecto grupo de cinco o seis jugadores llamado a romper con la hegemonía de Nadal y Federer. “Están uno o dos peldaños sobre el resto y en los últimos dos años se repartieron los Masters Series y Grand Slam, pero en algún momento eso debe romperse y ojalá que sea más temprano que tarde”, apuntó.

Al número uno de Chile lo espera ahora el serbio montenegrino Novak Djokovic, un emergente jugador al que González batió con angustia en Cincinnati el año pasado. Hoy el europeo es tanto o más peligroso, pero también lo es el "Bombardero" que parece estar en estado de gracia en las últimas semanas, especialmente, desde el arribo a Dusseldorf de Larry Stefanki.

En uno de los palcos del court "Philippe Chatrier", González fue alentado por los futbolistas Reinaldo Navia y Mark González, quienes pasan en la capital francesa el trago amargo de su marginación de la Roja. Fue Luis Jiménez, desde Vitell, quien les hizo el contacto con Nicolás Massú y Fernando González. Así, el lunes por la noche cenaron con el número uno de Chile y este martes estuvieron en las tribunas.

Cámara en mano, González y Navia llegaron a Roland Garros una hora antes que comenzara el partido del número nueve del mundo. Se sentaron en un cómodo sofá de la sala de jugadores y le pidieron a Stefano Massú que identificara a los mejores jugadores. “Ese flaco parece conocido”, disparó el "Choro" aludiendo a un desconocido preparador físico. Gol perdido.

“¿Y Sharapova no viene?” aportó Mark, ávido de conocer a la tenista rusa. “No, pero allá está Hantuchova que no está nada de mal”, le dijeron. “Todas terminan en pova, chova”, fue la reflexión del ex wanderino.

En eso estaban hasta que apareció Roger Federer. Venía del gimnasio y portaba dos raquetas. Navia y González no se aguantaron y le pidieron una instantánea. El número uno del mundo, gentil como es, accedió gustoso mientras seguía conversando con otros amigos. Cada uno aprovechó de fotografiarse individualmente y puso su mejor sonrisa. Federer, un tipo muy futbolero, nunca supo que posó con dos seleccionados chilenos.

Sin ánimo de hablar públicamente Mark González comentó al pasar que había hablado con el técnico de Liverpool Rafael Benítez y que el episodio irlandés estaba aclarado. Debe presentarse a la pretemporada el 3 de julio. Navia, en cambio, fue todavía más escueto y dijo que cuando regrese a Chile a fines de esta semana comentará lo sucedido.

Quién sí entregó su parecer fue Fernando González, que horas antes había conocido la versión de los propios inculpados. “Es una lástima que se haya hecho público, ellos son humanos y los dirigentes deben creerle al jugador. Están bastante grandes para saber lo que es bueno y lo que es malo y no corresponde que los castiguen de esa manera. No soy quien para justificar lo que hicieron, tampoco los apoyo, pero digo que a veces hay gente que trata de tomar más protagonismo de los debido con sus decisiones”.

Este miércoles por la noche González y Navia dejan Paris. Se comenta que su destino es por unas horas Buenos Aires. De ahí, a Santiago, cuando tengan ganas y la tormenta haya amainado. Esto, mientras Fernando González sigue ganándose un espacio entre los favoritos de Roland Garros.