Por Héctor Parrraguirre J., enviado especial a Rancagua

Con fin de fiesta fue el paso de la Copa Davis por Rancagua. Una gran victoria de Fernando González (30º de la especialidad) y Nicolás Massú (54º) en el duelo de dobles dejó a Chile con un 3-0 inalcanzable sobre Eslovaquia e instalado en los cuartos de final del grupo Mundial.

En un emocionante partido, González y Massú batieron a Michal Mertinak (39º) y Lukas Lacko (1.649º), por 6-2, 7-5, 3-6 y 6-4, para sellar el triunfo nacional que devuelve al tenis nacional a esta instancia tras 24 años de espera.

El cierre con el viñamarino dirigiendo los "ceacheí" por micrófono, después de lanzar su polera y hasta zapatillas al público, fue una postal de una proeza inolvidable y un desahogo tras una victoria en el duelo de dobles, que por algunos momentos se temió que se podía escapar.

Eslovaquia se inclinó finalmente por darle descanso a Dominik Hrbaty, confiada en lo que podía hacer el joven Lukas Lacko, de 18 años, junto a Michal Mertinak, su hombre fuerte en parejas.

Pero con Mertinak fallando en un principio, los europeos no fueron rivales de cuidado para los nacionales, que se llevaron en apenas 32 minutos la primera manga con un categórico 6-2.

Era tanta la superioridad de los chilenos que las más de 8.000 personas que llegaron este sábado a la Medialuna de Rancagua –que esta vez no se llenó como el viernes- se notaban tranquilas, sin meterse demasiado en el partido.

El segundo parcial sólo fue un poco más equilibrado, aunque Mertinak seguía dormido y si bien Lacko demostraba que no le pesaba la responsabilidad, solo no era amenaza para Massú y González, aunque éste no estaba tan sólido como el viñamarino.

Así, con la cuenta más estrecha (7-5), Chile se adelantó por 2-0 en el marcador global y quedó a un set de la hazaña.

El despertar de Mertinak

Pero el más experimentado de los eslovacos tenía que mejorar en algún momento y lo hizo en el tercer parcial. Instalado en la red, Mertinak comenzó a ganar puntos, juegos, y a preocupar al capitán chileno Hans Gildemeister.

Un quiebre a Massú les bastó a los visitantes para quedarse por 6-4 con el tercer capítulo y sembrar la incertidumbre en la gente, que finalmente empezó a ponerse nerviosa.

González, que se había apagado, renació en la cuarta manga, pero fue Massú el que, como en todo el partido asumió el peso de la dupla, especialmente en los instantes claves.

Tras rompimientos sucesivos, el séptimo game, respondió a su tradición de decisivo y con un nuevo quiebre a Lacko, que sintió la presión con dos dobles faltas durante el juego, le dejó la victoria servida a Chile.

Massú con una faena perfecta, sirvió y envió a Chile a cuartos de final, para desatar la fiesta en la Medialuna, con champaña, vuelta olímpica y 8.000 gargantas que no se cansaron de gritar "Vamos chilenos". (Cooperativa.cl)