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¡Viven!

A la altura de su estirpe copera Fernando González y Nicolás Massú mantuvieron viva la esperanza de instalar a Chile en semifinales de la Ensaladera de Plata. El héroe de la jornada fue "Mano de Piedra", quien levantó un partido perdido ante James Blake.

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Por Rodrigo Hernández desde California

 

El desafío era mayor. Ganar, al menos, uno de los dos primeros singles. No importaba cuál fuera. Había que forzar la definición el domingo y meterle presión a los hermanos Bryan en el dobles. Porque no es lo mismo salir a jugar este sábado 2-0 abajo y desmoralizados anímicamente que entrar a la cancha uno iguales. Y los campeones olímpicos lo lograron gracias a la descollante victoria de Fernando González sobre James Blake.

 

Hans Gildemeister tenía clara la película. González debía abrir la serie ante Estados Unidos porque su singles tenía mejor pronóstico que el de Nicolás Massú. Y no es que el viñamarino no tuviera chance de ganarle a Andy Roddick, sino que la posibilidad de que Blake aflojase, por su escasa experiencia copera y flojos resultados en césped, era mayor a que el número cuatro del mundo diera un paso en falso.

 

En buena parte eso se cumplió este viernes cuando "Mano de Piedra" puso el 1-0 para Chile. González aprovechó el exceso de confianza del neoyorkino al adelantarse por 7-6, 6-0 y 3-1 y dio vuelta el partido gracias a su permanente espíritu de lucha. Blake creía tener el encuentro en el bolsillo y se dio el gusto hasta de hacer unos lujos innecesarios. No contaba con la recuperación del número uno de Chile que dejo el alma en la cancha y de improviso encontró su mejor repertorio para terminar dando vuelta el partido.

 

Será, sin duda, un juego que ambos no olvidaran. Blake, porque recibió una bofetada a su arrogancia y González porque se demostró a si mismo que sigue siendo un gran jugador pese a su irregular comienzo de temporada. Su triunfo final por 6-7, 0-6, 7-6, 6-4 y 10-8 probablemente marque para él un punto de inflexión y por lo pronto alimenta el sueño de avanzar a semifinales del Grupo Mundial de Copa Davis.

 

La chapa de jugador copero del santiaguino está a la vista. Ganó, salvo el partido con Marat Safin en Moscú, duelos particularmente difíciles ante Youzhny y Blake y triunfó con holgura frente a rivales de menor talla. Independiente del momento que esté atravesando, cuando se pone la camiseta de Chile es otro jugador. Tan calificado como el que juega semana a semana en el circuito, pero con un plus diferenciador: da el 200 por ciento.

 

"Me parece que Blake se confió un poco, se vio ganador de antemano y eso jugó en su contra", dijo el número uno de Chile saboreando uno de los triunfos más importantes de su carrera y, sin duda, su mejor victoria de la temporada.

 

Mal perdedor Blake, en tanto, recurrió al viejo recurso de echarle la culpa al empedrado: "Pidió el trainer dos veces y no me consta que haya estado lesionado, creo que lo hizo para enfriar el partido, además, Gildemeister se aburrió de reclamar y cortó muchas veces el juego", afirmó.

 

El número ocho del mundo hablaba desde su propia frustración porque si de fair play se trata, estuvo lejos de dar un ejemplo. Se quiso avivar en un par de pelotas, le metió presión a los jueces de línea e hizo muestra de un estilo de chocante autosuficiencia. Al final, el tiro le salió por la culata. Y la conclusión fue unánime: le faltaron agallas para cerrar el partido.

 

El juego de fondo marco otra historia porque Roddick demostró su clase jugando sobre cancha de pasto y sepultó las aspiraciones del que hubiese sido un todavía más sorprendente 2-0. Soportó la presión del resultado en contra y salió a dejar en claro por que después de Roger Federer es el mejor tenista del mundo en esa superficie.

 

Poseedor del saque más potente del circuito, el jugador de Nebraska no dio ritmo a Massu y tuvo la capacidad para ganar sus servicios con particular facilidad en el primer set. Así descolocó al viñamarino y se brindó la cuota necesaria de tranquilidad para afrontar el resto del partido.

 

"Estoy un poco triste porque aparte del primer set en el que no podía leerle el saque, el partido fue súper parejo y tuve mis opciones para quebrar y haber llevado el partido a un cuarto set el sábado. Pero esto es así y hay que pensar en lo que viene porque nuestra chance está intacta", comentó el doble campeón olímpico.

 

Tiene razón Massú porque descontando el capitulo inicial, el partido se definió en un par de pelotas: 6-3, 7-6 y 7-6 para Roddick, que perfectamente pudo haber perdido uno de los dos tie breaks finales.

 

Así el panorama, el dobles de este sábado cobra particular importancia. Y aunque el corazón diga otra cosa, la primera opción la tienen los hermanos Bryan, por una cuestión netamente asociada a la superficie: en pasto no se puede jugar desde el fondo de la cancha.

 

Da lo mismo que los mellizos sean la mejor pareja del mundo, el punto es que técnicamente no es sustentable un partido jugado desde la base como acostumbran los chilenos en arcilla y cemento. Ahora, ir la red tampoco parece el mejor negocio porque de volear a volear el binomio estadounidense es superior. ¿Qué queda entonces? Cerrar lo ojos, sacar como nunca y jugar un partido perfecto desde el fondo de la cancha... aunque pareciera incluso más factible que González pudiera sorprender a Roddick a primera hora del domingo y luego Massú completar la hazañaa frente a Blake… recuerden que con los campeones olímpicos nada es imposible.