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Amenaza china (o ejemplo a seguir)... Y algunos cahuines

Es cada vez más común ver en el circuito tenístico, sobre todo en el femenino, un sinnúmero de jugadores de origen oriental. Y lo que comenzó como un hecho novedoso hoy constituye una avalancha que cada vez les da más resultados.

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Por José Arnaldo Pérez, enviado especial a Melbourne japerez@cooperativa.cl

 

Hace exactamente dos años y cinco meses China sorprendía al mundo en los Juegos Olímpicos de Atenas al situarse en lo más alto del medallero y sólo ser levemente desplazada por los Estados Unidos, evidenciando un crecimiento sin parangones que, si bien se ha hecho notar en los últimos años, no deja de sorprender por cómo sigue materializando avances.

 

De hecho, pocos dudan que ellos como local ahora en Beijín 2008 (o Pekín, da igual. O no. Bueno no da igual… Pero nos entendemos) coronen la actuación olímpica como los primeros del cuadro de preseas.

 

Y ese crecimiento no sólo se da en disciplinas donde son potencias o en otras donde disputan palmo a palmo el protagonismo con diversos países. Ahora la apuesta es hacia otras variantes, donde al principio resultaba simpático y de buen espíritu deportivo incorporar novatos chinos. Hoy, la situación es otra, y de imberbes en el crecimiento de ciertas disciplinas deportivas se transformaron en duros rivales.

 

No olvidemos a Japón que le sigue los pasos muy de cerca y también lo supera en otros (siempre estoy hablando de deporte. No me metan en cahuines).

 

Foto: José Arnaldo Pérez.

Y el tenis, obvio, no escapa a esa realidad. Fíjense que los chinos con sus 23 deportistas presentes son superados en cuanto a número de concurrentes a este Abierto sólo por el local -Australia-, los Estados Unidos, Rusia, Alemania y la República Checa. Y otras naciones tan cercanas al triunfo como Suecia, Suiza, España o Argentina traen menor número de tenistas.

 

Cabe precisar que en este dato agregamos a China Taipei y Hong Kong, ya que son de una misma raíz. (Ya les dije no me metan en otros temas). Y si hiciéramos un salto político, ancestral y todo lo que usted se imagina y le sumamos Japón con sus 22 jugadores, su poder crece aún más (¡Uy! Eso sí que sería complejo en la realidad juntar a China y Japón. Pucha, ven que me hacen opinar de otros temas. Bueno última vez que lo hago… En esta columna al menos).

 

Y si a eso le seguimos sumando (ya me faltan números) los técnicos, los profesores de academias, periodistas, gráficos, voluntarios y todo lo que ustedes se pueden imaginar, la cifra es inmensa.

 

Bueno, por algo el torneo de Maestros se juega en China hace un par de temporadas. Y a este Abierto se le denomina claramente "el Grand Slam de Asia-Pacífico" (¿no que Australia está en el continente oceánico?) para seguir motivando las capitales de esas áreas a continuar su generosa (pero muy generosa) ayuda económica.

 

Ustedes se preguntarán ¿y los resultados? Bueno, ya les dije que damas es el sector donde uno ve la mayor concurrencia de las orientales. Y a modo de ejemplo Martina Hingins debió batallar duramente con Na Li para acceder a cuartos de final.

 

O en los dobles, donde Zi Yan y Jie Zheng son la segunda pareja de la preclasificación general. Y más aún deberán enfrentar en cuartos de final a otro binomio chino, de Shengnan Sun y Tiantian Sun. O sea, chinas seguras en semifinales, donde podrían tener otras rivales orientales.

 

En fin, así es, chinos por aquí y por allá. ¿Y eso es malo? Al contrario, es un meritorio ejemplo a seguir. Se dirá que ellos tienen más recursos y población, y ¿cómo dentro de mil 300 millones de personas no saldrá alguien bueno para el tenis? Si es así bajemos la puerta, y bajo ese facilismo no participemos más en competencia alguna.

 

Y ya que la empresa privada sabido es que apenas apoya nuestro deporte, el Estado debiera imitar esta práctica y al menos enviar un par de profesores o promisorios jugadores de cuanto deporte sea posible a cuanta competencia sea necesaria. Y no es un sueño, porque la economía mejor parada de Latinoamérica algo podrá hacer al respecto.

 

Y así, volviendo a la realidad del Abierto de Australia, salimos a los jardines de Melbourne Park y nos topamos con un chino por aquí, otro por allá. Entramos a sala de prensa y vemos pasar otros cuantos. Cierro los ojos y veo a más chinos. Cierro los ojos de nuevo. Se me acerca alguien. ¿Un chino? No, una fotógrafa de unos cuarenta y algo (cuarenta y todos, bueno se entiende, además que con la edad de las damas no se juega).

 

Me muestra una foto de una morena agraciada, a quien ya he visto un par de veces, ya que es amiga de Rodrigo, un chileno residente acá, que es árbitro y que desde hace un par de temporadas no se pierde el Abierto de Australia. Incluso tiene cercanías con Fernando González este joven, tanto que lo tiene de amuleto (cábala).

 

Obvio, como todos los chilenos ellos presenciaron el partido de Fernando. La fotógrafa me pregunta ¿cómo se llama ella, porque cierto que es la novia de Fernando?

 

-¿Queeeeé? No, no. La novia de Fernando es Gisela Dulko, tenista argentina, con quien incluso se inscribió acá en dobles mixtos. (Debo responderle para aclararle el tema)

 

A lo que ella señaló muy suelta de cuerpo. "Ahhh, es que como veía que gritaba por él, y es bonita, pensé que era su novia".

 

Se pasó, había más de 100 chilenos gritando. En fin. Rumores, son así.

 

Aunque que ya está advertido, si viene a Australia y grita mucho por Sharapova tal vez algún fotógrafo piense que usted es el novio. Requisito, ser buen mozo, eso sí.