Antoine Griezmann, el "principito" que se convirtió en rey del mundo
El delantero francés fue el gran referente y figura de los galos en Rusia 2018.
Antes del Mundial, se esperaba que Antoine Griezmann descollara, como lo hizo en la Eurocopa de 2016, y guiara a Francia a conquistar su segundo título planetario. El propio técnico Didier Deschamps le endosó esa responsabilidad, remarcando que "no ha tocado techo" y "es nuestro referente".
Sin embargo, una vez concluída esta Copa del Mundo, la conclusión es clara. Griezmann explotó, pero no como tal vez muchos querían. Y eso es porque el "principito", de 27 años, decidió madurar y guió a su selección a conquistar el mundo con la madurez de un rey.
En el Mundial, lejos de ser explosivo como lo es en Atlético de Madrid, jugó con mesura, con movimientos tácticos más acorde a las necesidades del equipo que las propias. También colabora en tareas defensivas, clara influencia del técnico "colchonero" Diego Simeone.
"Tengo la suerte de trabajar con el mejor entrenador en lo defensivo. Veo cosas sobre el terreno, trato de decirlas, de enseñarles a mis compañeros, así como ellos pueden enseñarme ofensivamente pequeñas cosas. Tengo la suerte de jugar con el Cholo, así que doy consejos y astucias para reordenarnos defensivamente", declaró antes de la final el delantero.
El "principito" que pasó desapercibido
Griezmann, en su niñez, fue desechado por los clubes que anhelaba. Olympique de Lyon, Saint-Ettiene y Auxerre le cerraron las puertas.
Pero Eric Olhats, ojeador de Real Sociedad, lo descubrió en París y decidió cambiar el destino del oriundo de Macon, pese a tener sólo 13 años.
Tras convencer a la familia, Olhats instaló a Griezmann en Bayona, la misma ciudad del técnico Didier Deschamps. Ahí continuó sus estudios y se puso a las órdenes del conjunto vasco, en donde coincidió con el portero chileno Claudio Bravo y el ex técnico de Universidad de Chile, Martín Lasarte, quien lo hizo debutar en el club.
Su talento llamó la atención y el "Cholo" se lo llevó a Atlético, en donde se convirtió en una estrella mundial, siendo clave en la campaña rojiblanca para llegar a la final de la Liga de Campeones en 2016.
Por la selección absoluta de Francia debutó en 2014 y su crecimiento ha sido constante: figura y goleador de la Eurocopa 2016, y pilar fundamental del plantel en el proceso clasificatorio, jugando los 10 partidos del Grupo A y anotando en cuatro ocasiones.
Rey del mundo
Durante el torneo planetario, Griezmann fue el responsable de anotar el primer gol de los franceses en el Mundial. Fue un penal ante Australia y lo ejecutó con frialdad. La segunda conquista también fue desde los 12 pasos, ante Argentina en los octavos de final. Y en la fase siguiente, sentenció a Uruguay con un remate de media distancia.
En la definición ante Croacia, estuvo presente en casi todas las jugadas: Ejecutó el tiro libre en el autogol de Mandzukic; anotó de penal en el segundo gol, y habilitó a Pogba en el tercero.
Griezmann, hombre del partido y rey del mundo, contagió con su entusiasmo a sus compañeros para frenar el sueño croata y poner la segunda estrella en la elástica de Les Bleus.