Lugano y Forlán apuran recuperación para jugar por el tercer lugar mundialista

El zaguero y capitán de la selección uruguaya Diego Lugano tiene esperanzas de poder jugar el sábado el partido de su equipo por el tercer puesto del Mundial de Sudáfrica 2010 frente a Alemania, pese al esguince de ligamento interno en la rodilla derecha que sufrió el viernes pasado.

Antes del viaje de la delegación a Puerto Elizabeth, donde se jugará el choque por el tercer puesto, Lugano participó este miércoles en Ciudad del Cabo en el entrenamiento de once jugadores de la "celeste" que no intervinieron este martes en la semifinal contra Holanda, que terminó con el triunfo por 3-2 de los europeos.

Pese a que siguió realizando algunos ejercicios por separado y que la práctica fue liviana, el defensa no reveló señales de molestia, lo que hizo crecer las esperanzas de que se recupere para el choque del sábado.

Tras seguir angustiado desde el banquillo la derrota de su equipo ante Holanda, Lugano aseguró que se siente optimista frente a sus posibilidades de volver al equipo para la decisión del tercer puesto.

"Cuando me lesioné en el partido contra Ghana (por los cuartos de final), ya sabía que no podría jugar la semifinal, porque estaría como máximo a un 70 por ciento de mi condición física ideal, y sería irrespetuoso hacia mi equipo y hacia mi país intentar jugar así. Pero, el sábado, creo que podré estar mejor para actuar", expresó.

Forlán no se quiere perder el duelo con Alemania 

También el delantero Diego Forlán, quien anotó un gol ante Holanda pese a que padecía de una molestia en un tendón en la zona cercana al aductor, se manifestó confiado en que se recuperará a tiempo de ayudar su equipo.

"Es una molestia por cansancio, arriba del tendón, pero esperemos llegar bien para el sábado", afirmó Forlán, quien, al igual que sus compañeros, aseguró que, pese al choque que supuso ver naufragar el sueño del título, el partido por el tercer puesto será "una nueva final".

"No nos vamos a conformar con el cuarto puesto", advirtió el artillero, al dejar en claro la disposición de "la celeste" de lograr un mejor desempeño que en el Mundial de México 1970, en el que terminó cuarto, en su mejor clasificación desde la conquista de su segundo título en el "Maracanazo" de Brasil 1950.