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Marcelo Salas llega a jerarquizar el alicaído fútbol chileno

Con el arribo del ex delantero de River Plate, Lazio y Juventus a Universidad de Chile nuevamente un jugador de categoría internacional actuará en el balompié criollo.

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Después de tanto esperar, los hinchas de Universidad de Chile por fin podrán ver a Marcelo Salas vistiendo la camiseta "11" en la espalda, sin embargo, la llegada del temuquense no sólo es un aliciente para los fanáticos azules. Y es que la llegada del capitán de la selección nacional representa el arribo de una estrella del balompié mundial.

 

Después de su salida de Universidad de Chile a mediados de 1996, Salas recorrió el planeta y con cada una de las camisetas que vistió logró títulos, transformándose junto a Iván Zamorano en los futbolistas chilenos más reconocidos a nivel mundial.

 

Luego de ser bicampeón con la U en 1994 y 1995 y de llegar a semifinales en la Copa Libertadores 1996, el "Matador" fue transferido a River Plate y en la escuadra de Núñez lo ganó todo.

 

A su llegada, Salas se transformó en uno más de un plantel plagado de estrellas: Enzo Francescoli, Ariel Ortega y Marcelo Gallardo, sin embargo, el chileno respondió desde su debut y rápidamente se adueñó del cariño de la parcialidad de la "banda sangre".

 

Así, Salas se transformó en el referente de un equipo que logró el Apertura '96, el Clausura '97 y el Apertura '97. Además, el chileno agregó a su palmarés la desaparecida Supercopa Sudamericana en 1997.

 

Al mismo tiempo que Salas deslumbraba en canchas argentinas se hizo artífice del proceso que llevó a Chile al Mundial de Francia 1998, transformándose en el capitán más joven de un equipo nacional chileno a lo largo de la historia con 24 años y en el segundo goleador de la clasificatoria sudamericana con 11 goles, por detrás de Zamorano, con quien formaron una de las delanteras más prolíficas del momento. Cómo olvidar a los "Sa-Za".

 

Salas fue vendido a Lazio en 1998 y en el Mundial galó sumó cuatro goles, en lo que sería un preludio de su aventura europea. En el cuadro romano el chileno conquistó la Supercopa de Italia (1998), la Recopa y la Supercopa de Europa (1999).

 

En 1999-2000 tiene su mejor temporada en canchas italianas y lo gana todo: el scudetto, la Copa Italia y la Supercopa, siendo el máximo artillero del equipo.

 

La valía del chileno se multiplicó y la todopoderosa Juventus lo compró en junio de 2001 en una cifra récord para un futbolista de estos lares, 20 millones de dólares.

 

Lamentablemente la mala suerte comenzó a rodear al ariete nacional, ya que una lesión de ligamentos cruzados frustró su ascendente carrera, pero gana desde la banca otras dos ligas italianas (2001-2002 y 2002-2003) y una nueva Supercopa (2002).

 

Ya sin opción en el cuadro turinés, Salas decidió volver a River, donde una larga lista de lesiones musculares le hacen la vida imposible, aunque eso no merma que en 2004 sume un nuevo título, el Torneo Clausura.

 

Esos son sólo uno de los argumentos que tienen a Salas como un astro de nivel internacional y que llega a la U precedido de un currículum extenso y lleno de éxitos.

 

El regreso del temuquense a la U no sólo se compara a la llegada de Iván Zamorano en 2003, si no que también y con la corta lista de figuras internacionales que en la década de los noventa plagaron el fútbol chileno: el boliviano Marco Antonio Etcheverry y los argentinos Leonardo Adrián Rodríguez, Marcelo Espina, Néstor Raúl Gorosito y Alberto Acosta, todos seleccionados de sus países y que le dieron al balompié chileno trascendencia internacional. (Cooperativa.cl)