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Reinaldo Rueda, el técnico que no encajó en la Roja y se fue sin encontrar el recambio

El entrenador colombiano nunca convenció a los hinchas nacionales.

En su registro queda un cuarto lugar en la Copa América 2019.

Reinaldo Rueda, el técnico que no encajó en la Roja y se fue sin encontrar el recambio

El técnico colombiano Reinaldo Rueda asumió en la banca de la selección chilena el 8 de enero de 2018, después del fracaso de Juan Antonio Pizzi en la ruta al Mundial de Rusia, y llegó con una serie de pergaminos que ilusionaban a los hinchas. Había llevado a Honduras y Ecuador a las citas mundialistas de 2010 y 2014, y se esperaba que liderara el proceso de recambio en La Roja, aprovechando los últimos cartuchos de la "Generación Dorada". Este miércoles 13 de enero, tres años después, la ANFP confirmó su salida del equipo nacional.

La rueda nunca encajó. Pese a su experiencia y trato respetuoso al medio periodístico, el profesor Rueda no logró convencer con sus resultados y estilo de juego a los hinchas, que cuestionaron constantemente su labor, exigiendo una intensidad que rememorara los tiempos de Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli.

Además, también se le cuestionó su liderazgo, ya que llegó a un camarín fracturado y recién a finales de 2019, casi dos años después de su arribo, pudo reunir en el equipo a dos de los referentes, Arturo Vidal y Claudio Bravo, distanciados tras la eliminación ante Brasil en 2017, en las clasificatorias pasadas.

Su experiencia y conocimiento no dejaron huella, y tras los irregulares resultados de la selección chilena en la ruta rumbo a Qatar 2022, se siente que La Roja no ha tenido ningún crecimiento desde el citado fracaso del proceso anterior, sin poder emular lo logrado en sus travesías pasadas.

Sus pergaminos antes de llegar a Chile: Mundialista con Honduras y Ecuador

Rueda, con 63 años, no tuvo una gran carrera como futbolista y jamás jugó en Primera División. Sólo se desempeñó en categorías menores, equipos aficionados y universitarios.

No obstante, a nivel académico sí destacó: es licenciado en Educación Física, además de tener el título de entrenador, e hizo un postgrado en la Escuela Superior de Deportes de Alemania, algo que le valió ganarse un nombre tanto en Colombia como en toda Sudamérica, dictando charlas sobre la cultura del fútbol.

Como entrenador tuvo su primera experiencia en la Sub 20 de Colombia y la llevó al Mundial de Australia 1993, aunque no pudo pasar la fase de grupos; y en 1994 dirigió a Cortuluá en su ciudad natal, hasta 1997. Tras eso, pasó a Deportivo Cali, logrando un subcampeonato. En 2002 dirigió a Independiente Medellín, pero sólo estuvo a cargo cuatro meses, ya que nuevamente dio el salto a las selecciones.

El primer paso de esta aventura comenzó con su regreso a la sub 20 de su país. En el Sudamericano de Uruguay logró una clasificación que el equipo no conseguía hace 10 años, con un gran rendimiento que se extendió hasta el Mundial de Emiratos Arabes Unidos donde logró el tercer lugar.

En 2004, tomó la selección adulta colombiana, en reemplazo del mítico Francisco Maturana, para encauzar el camino hacia el Mundial de Alemania 2006. No obstante, por un punto no pudo clasificar al Repechaje. Debido a esto, dejó su puesto y se fue a Centroamérica.

El desafío siguiente fue con Honduras e hizo historia, logrando clasificar a un mundial después de 28 años de espera. En Sudáfrica 2010, enfrentó a Chile en la fase de grupos, además de España (que salió campeón) y Suiza.

El partido con la Roja fue bastante más apretado de lo que se esperaba por las diferencias de plantel, pero el equipo de Marcelo Bielsa logró imponerse en el debut gracias a la solitaria anotación de Jean Beausejour.

Tras su primera experiencia mundialista, Ecuador confió a Rueda la clasificación a Brasil 2014, pese a que en su primera experiencia fracasó rotundamente al quedar eliminado en la primera ronda de la Copa América de Argentina 2011.

En las Clasificatorias para Brasil, el equipo del colombiano se hizo fuerte de local, ganando allí casi todos sus partidos, a excepción de un empate frente a Argentina. Con esto, más tres empates como visita le alcanzaron para quedar en el cuarto puesto y clasificar así al Mundial.

En Brasil sólo perdió ante Suiza en el debut, pero la victoria sobre Honduras y el empate final con Francia no fueron suficientes para pasar la fase de grupos.

La gloria continental con Atlético Nacional

Tras 12 años ligado a selecciones, Rueda firmó el 2015 por Atlético Nacional de Colombia, club acostumbrado a pelear grandes cosas y que venía de perder la final de la Copa Sudamericana ante River Plate a fines de 2014.

En total, logró dos títulos nacionales, además de la Copa Colombia y una Superliga. Su logro más importante, eso sí, vino con la Copa Libertadores 2016, trofeo que el conjunto "verdeolaga" sólo había ganado en 1989. Además, ganó la Recopa Sudamericana el 2017

También pudo ganar la Sudamericana, pero el trágico accidente del plantel de Chapecoense impidió que se dispute la final y el trofeo fue entregado al club brasileño. El 2016, también fue elegido como el mejor entrenador de América.

Su gran periodo en Atlético Nacional, despertaron el interés de Flamengo de Brasil, su última estadía antes de la selección chilena.

La irregular Roja de Rueda

Después de la salida de Juan Antonio Pizzi en noviembre de 2017, la Federación de Chile se tomó su tiempo para buscar un reemplazante. El elegido por la cúpula, en este entonces con Arturo Salah en el mando, fue Rueda, por los citados pergaminos, su experiencia y probada calidad profesional. Parecía el idóneo para encabezar una transición y empezar a dejar atrás a los ídolos de una "generación dorada" que estaba gastada, para dar paso a los nuevos rostros que debían tomar la responsabilidad defender a la camiseta del Chile.

El objetivo principal siempre fue lograr la clasificación a Qatar 2022, aunque también había otro torneo de interés para los hinchas y también jugadores: la Copa América 2019. La Roja llegaba a ese torneo como bicampeón defensor, por lo que no podía presentarse con un equipo alternativo para dar descanso a sus figuras (y evitar lo que pasó con la Copa Confederaciones de 2017).

Con eso en mente, Rueda empezó su camino en 2018, pero los inconvenientes no se hicieron esperar. El capitán Bravo, quien había aprobado su llegada, se marginó de la primera convocatoria del colombiano. Los rumores empezaron a convertirse en ruido, ya que se entendía que el experimentado entrenador no había logrado solucionar los problemas de convivencia al interior de la selección.

Pese a ello, su odisea con Chile arrancó con un triunfo ante Suecia y un empate contra Dinamarca. El balance era más que positivo, pero en ese mismo 2018 todo se diluyó: En octubre y noviembre cosechó derrotas con Perú y Costa Rica, y victorias ante México y Honduras.

Para el 2019, las dudas continuaron y la incertidumbre estaba instalada cuando arrancó la Copa América. Pero una goleada 4-0 al invitado del torneo, Japón, hizo pensar que todos esos partidos previos eran sólo eso, amistosos, y ahora la Roja de Rueda había aparecido.

Las sensaciones se ratificaron en una apretada victoria sobre Ecuador, aunque nuevamente la inestabilidad volvió. Derrota con Uruguay y una sufrida victoria sobre Colombia en penales permitían a la Roja meterse en semifinales, aunque en esa instancia llegó el golpe de la realidad. Perú le dio un baile a Chile y lo dejó sin el sueño del tricampeonato.

En la lucha por el tercer lugar, Argentina se cobró venganza de las finales pasadas y derrotó a Chile. Pese a terminar cuartos en el torneo, la sensación no era de las mejores, ya que sólo ganaron dos partidos: ante los asiáticos, que jugaron con equipo B, y con los ecuatorianos, que también están en proceso de recambio.

La Roja de Rueda, en 2019, disputó cuatro amistosos más: empates con Argentina y Colombia, una derrota con Honduras y un ajustado triunfo ante la débil Guinea. Lo positivo de esos partidos fue el retorno de Bravo al plantel y compartiendo cancha con Vidal. Ambos no arreglaron sus diferencias, pero el propio entrenador apuntó que los dos tenían como prioridad el bienestar de la selección.

Después de eso, ocurrió el estallido social en Chile y no pudo jugar en la fecha FIFA de noviembre; y en 2020, la pandemia del Covid-19 provocó un receso del fútbol a nivel mundial.

Pasó casi un año para que la Roja volviera a jugar, y en partidos oficiales. Rueda explicó en varias ocasiones que la tarea era difícil por este inédito panorama que había afectado a la Roja, y también por la necesidad de encontrar nuevas caras que pudieran acompañar a Bravo, Vidal, Alexis Sánchez y Gary Medel, que a pesar de su calidad, también sienten el paso de los años y no siempre están disponibles, golpeados por las lesiones y el desgaste en sus ligas.

Finalmente, sus dos últimos partidos fueron de dulce y agraz: derrotó a Perú en el Nacional, pero sufrió una histórica derrota ante Venezuela, cediendo puntos que siempre habían estado en el bolsillo de La Roja.

La crisis en la banca de Colombia generó el escenario ideal, para volver a casa y dejar un ambiente donde no encajó del todo.

Se espera que en los próximos días retome una cuenta pendiente en su país en su segundo paso por la selección cafetera. En la primera vez, no pudo clasificar al Mundial de Alemania 2006.

En la estadística con Chile, dirigió 27 partidos, 10 derrotas, siete empates y nueve triunfos: seis amistosos, dos en Copa América y uno en clasificatorias.