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Grandes hitos del Mundial de Chile 1962: La batalla de Santiago

Hace 50 años se disputó la Copa del Mundo en nuestro país.

La selección consiguió allí su máximo logro, el tercer lugar a nivel planetario.

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El Mundial de 1962 fue un triunfo inapelable e indiscutido para el fútbol chileno. La sola designación del país como sede del certamen planetario significó una victoria, pues fue un envión anímico para una sociedad golpeada, que sólo dos años había vivido el terremoto de Valdivia.

Además, fue una demostración de personalidad ante el mundo, pues las gestiones de los dirigentes nacionales, encabezados por Carlos Dittborn y Juan Pinto Durán, permitieron que la FIFA optara por Chile, en desmedro del otro candidato, Argentina.

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Chile perdió con Alemania Federal en la fase de grupos. Pero ganó cuatro partidos en el torneo.

El día 30 de mayo de 1962 se inició el Mundial, con la disputa de cuatro partidos, uno de cada grupo (en ese entonces sólo había 16 clasificados en la Copa del Mundo).

En Arica, jugaron Uruguay y Colombia; en Viña del Mar, Brasil y México; en Rancagua, Argentina con Bulgaria y en Santiago, Chile debutó ante Suiza.

Fue el primer triunfo del equipo de Fernando Riera, que venció por 3-1 con dos goles de Leonel Sánchez y uno de Jaime Ramírez.

Chile, como nunca, estaba en el centro de la atención de todo el mundo. Así lo refleja la llegada al país del trompetista estadounidense Louis Armstrong y el saludo del Papa Juan XXIII al país, a través de una carta dirigida al cardenal Raúl Silva Henríquez.

En ese contexto, "la Roja" quería tener éxito en el torneo, y ganó confianza después del triunfo sobre los helvéticos, aunque el próximo rival sería el experimentado equipo italiano.

 

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Los capitanes de Unión Soviética y Chile en cuartos de final. Los nacionales dieron el golpe ante el favorito, en Arica.

La "Batalla de Santiago"

El 2 de junio se materializó la recordada "Batalla de Santiago", un duelo entre Chile e Italia (2-0) lleno de morbo por el desmedro con que los europeos -sobre todo la prensa- miraban al equipo chileno.

Lo que desató los malos ánimos fue la crónica que dos periodistas italianos realizaron para el periódico "Il Resto del Carlino", donde se hacía una particular mención sobre el país organizador de la Copa del Mundo.

"En vano los chilenos, como para consolar a los italianos, dicen que Santiago se parece a Turín [...] Y ello tal vez para tratar de hacer olvidar la realidad de esta capital, que es el símbolo triste de uno de los países subdesarrollados del mundo y afligido por todos los males posibles: desnutrición, prostitución, analfabetismo, alcoholismo, miseria...", se escribió en la nota, lo que provocó la indignación de la sociedad criolla.

Chile "se vengó" en cancha, pues con goles de Jaime Ramírez y Jorge Toro venció 2-0 al equipo peninsular y aseguró su paso a la siguiente fase.

Pero la revancha más recordada llegó en el puño izquierdo de Leonel Sánchez. El delantero se enfrascó en una particular discusión con el defensa Mario David, y después de una polémica jugada, propinó un golpe al italiano.

La jugada se recuerda no sólo por la agresión, sino porque mientras David se fue expulsado, Sánchez no recibió sanción alguna.

 

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En un áspero partido, Chile derrotó 2-0 a Italia en la fase grupal.

"Justicia divina"

Antes de enfrentar cuartos de final, el equipo de Fernando Riera cayó por 0-2 con Alemania Federal el 6 de junio en la última fecha de la fase grupal, lo que obligó al equipo nacional a trasladarse Arica a disputar la siguiente etapa.

ImagenUno de los momentos más recordados llegó en la ronda de los ocho mejores. Al frente estaba la temible Unión Soviética, campeona de la Eurocopa 1960 y con el ya míticó Lev Yashin en la portería. Era el 10 de junio de 1962.

En aquel duelo surgió la recordada frase "justicia divina" del periodista Julio Martínez, pues en el primer tanto nacional, Leonel Sánchez clavó un tiro libre en el ángulo, pese a que la falta previa había sido dentro del área. Era el minuto 11.

Igor Chislenko igualó a los 26'. Tres minutos más tarde el encargado de sorprender al brillante meta soviético fue Eladio Rojas, quien con remate de distancia, marcó el 2-1 definitivo con que Chile se metió entre los cuatro mejores.

Las semifinales

En semifinales, el combinado nacional se enfrentó al campeón vigente de la Copa: Brasil, el 13 de junio. El elenco verdemarillo impuso su poderío para vencer 4-2 y dejar al equipo nacional fuera de la carrera por el título.

Ante más de 76.000 espectadores, Chile marcó a través de Jorge Toro (42') y Leonel Sánchez (61'). Las estocadas brasileñas llegaron a través de Garrincha (9' y 32') y Vavá (47' y 78' ). Fue un  golpe duro, pero que se asumió con grandeza en el equipo dirigido por Riera.

La última gesta

Finalmente, el 16 de junio de 1962, la escuadra nacional concretó el mayor logro futbolístico de su historia. En la definición con Yugoslavia por el tercer lugar, "la Roja" venció 1-0 gracias al tanto en los descuentos del volante Eladio Rojas y subió al podio del torneo más recordado para el fútbol chileno.

El público que asistió al Estadio Nacional "obligó" a los jugadores a dar una vuelta olímpica, a quienes despidieron con pañuelos blancos desde las gradas.

Otro logro fue el que consiguió Leonel Sánchez, quien con cuatro tantos se transformó en el goleador del torneo, hito que consiguió junto al húngaro Florián Albert, el soviético Valentín Ivanov, el yugoslavo Drazan Jerkovic y los brasileños Vavá y Garrincha.
El agradecimiento de la FIFA
El 17 de junio, 68.679 personas vieron en el Estadio Nacional a Brasil repetir su título mundial, tras vencer 3-1 a Checoslovaquia en la final. En el duelo se permitió que jugara la gran figura verdeamarilla, Garrincha, pese a que había sido expulsado ante Chile.

Josef Masopust abrió la cuenta a los 15 minutos, pero Amarildo logró empatar sólo 120 segundos después. A los 69' llegó el tanto de Zito y el gran Vavá liquidó a los 78'.

El torneo finalizó siendo un éxito total. Dejó un saldo a favor de casi 20 millones de dólares de la época para el país, y además la FIFA quedó tan agradecida de la organización, que entregó un total de 57 mil escudos para la reconstrucción en el sur, afectado por el terremoto de Valdivia.

Así concluyó un torneo inolvidable que a la distancia, 50 años después, es leyenda.

 

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El recordado equipo chileno que logró el tercer lugar en 1962.