Eduardo Sacheri: En el fútbol podemos ser éticos si lo deseamos o mafiosos si lo queremos

El escritor argentino Eduardo Sacheri, uno de los principales invitados que tuvo la Expo F11, dialogó en exclusiva con el panel de Al Aire Libre en Cooperativa, instancia en que el autor de "La pregunta de sus ojos" abordó diversos temas en torno a sus cuentos y el fútbol.

"El fútbol es un escenario donde llevamos lo que somos; si somos buena gente llevamos nuestras virtudes, y si somos mala gente, llevamos lo peor que tenemos... Es un lugar donde se hace trampa, se hacen negocios, se ejerce violencia y me parece que debemos verlo todo; es un ámbito donde podemos ser éticos si lo deseamos y podemos ser mafiosos también si lo queremos", señaló el Licenciado en Historia.

Asimismo, Sacheri, sostuvo que le sorprendió "que se haya hecho una medida en contra de esta cuestión mafiosa que la FIFA arrastra y es un secreto a voces, digo, me parece que desde que escuchamos, por ejemplo, que el Mundial 2022 se hacía en Qatar todos pensamos ¿cuánto dinero habrá corrido para esto? y seguimos con nuestra vida".

"(Lo anterior demuestra que) el fútbol nos cautiva tanto, nos emociona tanto y nos aproximamos con tal nivel de ingenuidad que lo único que nos importa es que la pelotita vuelva a rodar... El negocio del fútbol se ampara en esa ingenuidad", añadió.

Junto con asegurar que el balompié es "un estupendo pretexto" para escribir, ya que "hace aflorar cosas que de otro modo no lo logras", Sacheri precisó que la "literartura se nutre más de las sombras que de los encandilamientos". 

"En general, la literatura se nutre más de las sombras que de los encandilamientos. Se lleva mejor con lo que falta, con la sombra, con la derrota, con el deseo más que con la materialización".

Finalmente,  tras describir Twitter como "la vida misma, el mundo", porque "está lleno de alguna gente interesante y un montón miserable", Sacheri, confesó que escribe sobre ficción para apartarse del "rigor del discurso" que posee la historia.  

"Creo que empecé a escribir ficción, entre otros motivos, para dejar a un lado ese rigor del discurso que la historia exige", culminó.