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Javier Castrilli, el polémico "sheriff" que fracasó en su plan de renovar el arbitraje chileno

El argentino asumió en septiembre de 2021, pero su período estuvo marcado por controversias y terminó con un escándalo.

Foto: ANFP Javier Castrilli, el polémico "sheriff" que fracasó en su plan de renovar el arbitraje chileno
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Poco más de seis meses duró el periplo de Javier Castrilli en el fútbol chileno. El argentino llegó con un gran cartel debido a su historial en Argentina, como el "sheriff" o el "juez de hierro" que venía a poner orden y renovar el referato nacional. Sin embargo, pasó todo lo contrario y bajo su mandato como el presidente de la comisión de árbitros de la ANFP se vivió uno de los mayores escándalos en el fútbol chileno.

Castrilli, el último árbitro que expulsó a Diego Maradona, había llegado a Chile en septiembre de 2021 con una gran cuota de popularidad. En su rol de comentarista activo en redes sociales, siempre fue un fuerte crítico contra los errores arbitrales que sufrió la selección durante las pasadas clasificatorias, y del mismo modo, y gran defensor de Roberto Tobar, asegurando que era el mejor juez de Sudamérica.

Ese acercamiento hizo pensar que ese mismo rigor, ese que aplicaba con controversia en sus años de árbitro en activo, lo podía traer a Chile y mejorar las actuaciones de los jueces nacionales, siempre criticados por dirigentes, jugadores e hinchas durante los últimos años, sobre todo desde la implementación del VAR.

Sin embargo, para muchos, el que llegó a asumir como presidente no fue el gran árbitro, sino el personaje, directo y controversial. Su objetivo era "devolver credibilidad", y ahora que se fue, la situación quedó "patas para arriba". 

Con su arribo, las críticas no se hicieron esperar, ya que todo "partió mal". Lorenzo Antillo, quien en ese entonces era el mandamás en Audax Italiano, cuestionó que la ANFP liderada por Pablo Milad no informó a los clubes del "fichaje" de Castrilli, ya que se enteró por la prensa.

Apenas pasaron nueve días y se sintieron los efectos de su llegada, con el retiro anticipado de Eduardo Gamboa. Si bien le quedaban al menos dos meses más como árbitro profesional, dio un paso al costado, ya que no estaba en los planes de Castrilli, que estaba decidido a hacer una "renovación". Días después, sufrió el mismo destino César Deishler.

En octubre, las polémicas continuaron, con constantes críticas a los árbitros y Castrilli saliendo cada vez a declarar. Incluso se le culpó de un bajón de rendimiento de Tobar, tras una mala actuación en un duelo de la UC y Santiago Wanderers.

Con el pasar de los días, sus declaraciones generaron confusión: Al final del torneo, aplaudió a los árbitros por su desempeño en el desenlace del torneo, pero después proyectó que habrían "caras nuevas" en 2022.

Un año escandaloso

El año no comenzó de la mejor forma en el fútbol chileno, ya que debido a una denuncia contra Deportes Melipilla, se retrasó el duelo de la promoción contra Huachipato. Tras el fallo contra los "potros", Huachipato, que había descendido, recibió la oportunidad de jugar por la chance de mantener la categoría y protagonizó una gran controversia.

El 26 de enero, con un controversial penal, cobrado por Francisco Gilabert y validado tras revisar el VAR, Huachipato ganó y dejó sin sueño del ascenso al "León de Atacama". Al día siguiente, Castrilli felicitó al árbitro públicamente y sostuvo que la tecnología de video árbitral "le daba la razón".

El castillo se empezó a derrumbar de a poco a comienzos de marzo, cuando Castrilli dio de baja a tres árbitros del Campeonato, entre ellos Patricio Blanca, quien justo había denunciado irregularidades del sindicato de árbitros.

Y esta semana, todo estalló: La comisión arbitral despidió a 11 jueces, entre ellos históricos como Julio Bascuñán y Piero Maza, evidenciando el quiebre con Castrilli. Los afectados recibieron respaldo del Sindicato de Arbitros y el Sifup; El "sheriff", en cambio, contó con el espaldarazo de Milad, cuestionado presidente de la ANFP.

El sindicato de jueces amenazó irse a paro, y al contar con el apoyo del Sifup, puso en jaque a la ANFP, amenazando la posibilidad de que se jugara este fin de semana el Campeonato, el Ascenso y la Segunda División.

Finalmente, el mayor escándalo y que terminó siendo la lápida para la gestión de Castrilli fue lo ocurrido en el citado duelo de Huachipato y Copiapó.

Este miércoles se desclasficaron audios en donde Francisco Gilabert confirmó lo que había denunciado la revista Tribuna Andes, al revelar que hubo un llamado desde Santiago con presiones para ayudar a los acereros y validar ese penal controversial que había cobrado en el VAR.

En la reunión de urgencia en Quilín, Castrilli no aceptó ser "apartado de sus funciones" mientras se realizaba la investigación pertinente sobre lo ocurrido. Se decidió poner fin al vínculo, sin poder ninguna de sus promesas y dejando el referato arbitral mucho peor que cuando llegó, con una mancha que tomará mucho tiempo en limpiar.