Jean Beausejour: Ser mapuche es algo que viene conmigo desde que tengo uso de razón
El mediocampista habló de los inicios de su carrera y también del panorama actual que enfrentan los jugadores menores.
El seleccionado también criticó las exigencias de carácter moral a las que someten a los futbolistas y de su rol en el Consejo de Observadores.
El chileno Jean Beausejour, quien se encuentra jugando en la Copa América, relató parte de sus inicios en el fútbol y además destacó que en su formación el hecho de ser mapuche es algo que "siempre llevo con mucho orgullo".
"Ser mapuche es algo que viene conmigo desde que tengo uso de razón. No es algo que me haya pasado ahora con el despertar de la nueva generación mapuche. Mi familia siempre llevó con mucho orgullo el ser mapuche, como una distinción", contó el jugador en conversación con The Clinic.
"Siempre digo que tengo la fortuna de pertenecer a dos pueblos muy revolucionarios, el haitiano, que fue la primera colonia en independizarse de Francia, y el mapuche, pueblo que nunca fue conquistado por ninguna colonia extranjera", dijo en relación a su ascendencia, de padre haitiano y madre mapuche.
Inicios en el fútbol
El zaguero de la selección contó parte de sus primeras experiencias en el fútbol y reveló que fue expulsado de las menores de Universidad de Chile por no tener "mayor proyección".
"Atras de los blocks (donde vivía) había una cancha de baby de cemento. Ahí jugaba seis o siete horas diarias. Colegio, pelota, colegio, pelota. Esto hasta los 10 años, que me fui a probar a la "U". Habían más pendejos que la cresta, entre 500 y 1000. Cuento corto, me dejaron a mí y a tres más. Así fui pasando filtros hasta que quedé en las selecciones inferiores de la Universidad de Chile", relató.
"Mi etapa en la Universidad de Chile termina a los 14 años, cuando un equipo multidisciplinario decide que yo no siga más. En resumidas cuentas, me pegaron una patada en la raja. Coincide con una etapa bien rebelde mía, cuando no era muy bien portado. No sabía para dónde iba la micro. Quizás me pudieron esperar un poco más, pero ellos sintieron que no tenía mayor proyección. Aparte, era chico", contó el mediocampista quien fue parte fundamental del equipo campeón de la Copa América en 2015.
Tras partir del cuadro azul, Beausejour "no quería seguir jugando a la pelota", pero fue convencido para probarse en Universidad Católica.
"Lo hice y quedé. Empecé a quemar todas las etapas, de cadete en adelante. Diría que la Católica es el club que mejor forma a los niños que llegan. Te forman como un jugador integral. Le dan mucha bola al tema de la persona, al colegio. Sin querer criticar a los otros clubes, te diría que los de la Católica llegan un poquito mejor armados", dijo, y también agregó que "Ellos entienden que las cosas no surgen de la nada, sino de un trabajo desde muy abajo".
Tras emerger de la cantera de la UC, Beausejour reveló su ambición por alcanzar metas al no tener espacios en el equipo titular, aclarando que no se "sentía satisfecho".
"Al final debuté profesionalmente con Juvenal Olmos, en el 2002, con ese plantel que salió campeón. Jugué uno o dos partidos no más. No me sentía satisfecho: era un pendejo con alguna proyección, pero no un jugador profesional. Ahí decidí irme, tenía 18 años, a préstamo a la U. de Conce. Ahí hicimos un muy buen año y me llaman para la sub 23. Lo hice bien en el campeonato olímpico y me llamaron de vuelta a la Católica. Duré sólo 6 meses y partí a Suiza. Al mismo tiempo fui convocado para la selección adulta. O sea, me cambió la vida", relató.
Formación y exigencias a futbolistas
El ariete también tuvo palabras para los procesos de formación que tienen los jugadores en las etapas inferiores de los clubes y sobre las exigencias morales que se le hacen a los futbolístas en la sociedad, diciendo que "exigen parametros morales que ni siquiera se le piden a los políticos".
"A los jugadores resulta que se le exigen parámetros morales que ni siquiera se le piden a los políticos. A mí me sorprende. Queremos que tipos que están entre 20 y 30 años sean ejemplos de moralidad, pero si uno hace un símil, aquí se pretende comparar a un político de 50 con jugadores de 20, y eso es imposible", dijo.
"Cualquiera a los 20 años se manda más cagadas que un futbolista. Los futbolistas diría que van incluso más avanzados que los otros de su edad. Cuando un futbolista la embarra, responde con una frase que ya me sé de memoria: 'es por el ambiente en que creció'. Se le echa la culpa al estrato social, como si los ricos no chocaran a los 24 años, o no se compraran el terrible auto, o no les gustara la mina más rica. Tiene más que ver con la edad más que con la clase social", criticó el jugador.
Sobre la industria de jugadores menores, expresó que "ahora es un mundo que tiene mucha maquinaria detrás. Antes no era así. Los clubes grandes hacían la convocatoria y llegábamos todos, ahora tienen scouting. Está más siútico el tema. Tienen veedores a niveles regionales. Antes los jugadores íbamos a los clubes, ahora los clubes van a los jugadores. Es una industria".
Respecto a si le gustaría tener un hijo que también fuese futbolista, dijo que "si bien uno a los hijos los apoya en lo que hagan, no me gustaría que se dedique a esto. Yo me fui muy joven de la casa, a los 18 años, y no volví más. Me perdí cumpleaños, gran parte de la vejez de mis abuelos, no vi crecer a mis hermanos, cosas familiares que no hay dinero ni logro que te las devuelva".
Consejo Ciudadano de Observadores
En consecuencia a su marcada actitud política, Beausejour es parte del Consejo Ciudadano de Observadores para el proceso de la nueva Constitución de Chile. Ante esto, el seleccionado también se refirió a las críticas por ser un fútbolista, diciendo no entender "cómo alguien puede ser tan estrecho de mente".
"Cuando nos nombraron en el Consejo de Observadores, había los que le ponían tan pocas fichas al cuento que decían "¡pero si hay hasta un futbolista!".
"Entonces me pregunté: ¿cómo alguien puede ser tan estrecho de mente que imagina que un futbolista, o cualquiera, sólo puede opinar sobre el ámbito en que se desenvuelve, y no pueda tener otros intereses?"
"Eso reflejaba muy bien a un sector que no quiere ceder ni un milímetro del último chiche que les va quedando: la Constitución. Y con esto no quiero decir que la actual Constitución no tenga cosas buenas, porque nos ha regido hasta ahora y nos hemos entendido medianamente bien, pero me parece que la invalida el hecho de no haberla concebido en democracia. Su matriz no es válida", opinó.
En cuanto a sus intereses ante la sociedad, aseguró que le "importa la igualdad social, la educación, la salud, las cosas con que la gente tiene que lidiar todos los días. No sé nada de OCDE ni de tratados de libre comercio con la Comunidad Económica Europea, ni de IPC. No es que crea que no son relevantes, pero a mí me interesan, como dice don Joaco, "los problemas reales de la gente". Yo vivo entre Vitacura y Estación Central. No es que a mí me comenten; yo paso semanalmente de un lugar al otro", finalizó.