Mauricio Isla y Matías Fernández pusieron una cuota de preocupación en la selección
Ambos jugadores realizaron entrenamiento diferenciado del resto en la cancha de Andes Talleres.
Buena noticia vendría por el lado de Jorge Valdivia, que trabajó a plenitud y gana terreno para jugar ante Perú.
De dulce y agraz fue el entrenamiento de la selección chilena que se realizó esta jornada en las canchas de Andes Talleres, ya que dos jugadores realizaron trabajo diferenciado del resto de sus compañeros y encendiendo las alarmas respecto a su inclusión en el duelo ante Perú, este martes a partir de las 18:15 horas en el Estadio Malvinas Argentinas.
Se trata de Matías Fernández y Mauricio Isla, que en el caso del primero intentó unirse a la rutina general, pero tras algunos segundos debió ser atendido por el kinesiólogo Pedro Oñate, que le ordenó hacer elongaciones y participó con él en el "tenis-fútbol", mientras el plantel bajo las órdenes de Claudio Borghi realizaba fútbol reducido, para después volver a unirse a los trabajos de sus compañeros.
Matías Fernández fue atendido por el kinesiólogo Pedro Oñate y realizó trabajos con Mauricio Isla. (Foto: Photosport) |
En tanto, Isla dio muestras de molestias físicas y se dedicó a trotar para no arriesgar alguna lesión, lo que abre el cuestionamiento si Borghi lo alineará ante Perú, en consideración a que la selección ya tiene asegurada su clasificación a cuartos de final de la Copa América.
En otra materia, la buena noticia corrió por parte del volante Jorge Valdivia, que realizó a la par de sus compañeros todos los trabajos físicos y futbolísticos, sin evidencias de alguna molestia o problemas de resistencia, lo que le abre la posibilidad de ser considerado desde el primer minuto ante la escuadra incaica.
En este mismo sentido, se abre la interrogante si el adiestrador arriesgará a los jugadores que recibieron tarjetas amarillas en los duelos previos ante México y Uruguay, pues si Claudio Bravo, Pablo Contreras, Alexis Sánchez, Gonzalo Jara o Arturo Vidal reciben otra cartulina ante los del Rímac, quedarían inhabilitados de jugar en cuartos de final.
Además, se autorizó nuevamente el ingreso de hinchas a la práctica, los que llegaron en un número cercano a las 300 personas y debieron observar sin interrumpir la concentración del equipo, luego que se les revirtiera el permiso el día previo, cuando molestaron a los jugadores con algunos gritos inapropiados para el cuerpo técnico de la selección.