Yelena Isinbáyeva tuvo un adiós de oro en el Mundial de Moscú
La rusa se despidió de la garrocha recuperando el título del orbe.
Su registro fue de 4,89 metros.
Isinbáyeva se despidió a los grande en Moscú.
Yelena Isinbáyeva, la atleta más carismática del último decenio, puso un remate de oro a su gloriosa carrera deportiva con su tercer título mundial de garrocha en una final que congregó a más de 40.000 espectadores en el Estadio Luzhnikí de Moscú, hasta este martes casi desierto.
Quiso regalar a su público un nuevo récord del orbe, el que habría sido el número 29 de su carrera, pero la atleta de Volgogrado no pudo con los 5,07 metros cuando, sola en competición y tras haber celebrado su triunfo con saltos de alegría, intentó, sin éxito, superar el listón.
Un salto limpio de 4,89, ejecutado al primer intento, fue la marca ganadora que permanecerá para la historia ligada al adiós de la "Zarina", aun cuando haya dejado la puerta entreabierta a un posible regreso.
Como en los Juegos de Londres, la amenaza para Isinbáyeva procedía del continente americano: la estadounidense Jennifer Suhr, campeona olímpica; la brasileña Fabiana Murer, monarca mundial, y la cubana Yarisley Silva, líder del año con 4,90 y autora de los cinco mejores saltos de la temporada.
Suhr se presentaba con un registro de 4,80 y Yelena en el tercer puesto con 4,78. La rusa, que tiene el récord al aire libre en 5,06, ha saltado este año 5,11, pero en los entrenamientos.
Un nulo en 5,65 mantenía tercera a Isinbáyeva, por detrás de la norteamericana y de la alemana Silke Spiegelburg, que superaron, como ella, los 4,75 pero llevaban una participación inmaculada.
La irrupción ganadora
Isinbáyeba, de 31 años, levantó los primeros clamores en el Estadio Luzhniki después de cuatro jornadas del Mundial de Moscú, especialmente cuando saltó a la primera 4,75, que le daban, momentáneamente, la segunda plaza por detrás de Suhr.
El listón situado en 4,82 seleccionó a las tres medallistas porque sólo Suhr, Isinbáyeva y la cubana Silva pudieron con esa altura. Las tres atacaron los 4,89 con el podio asegurado.
Suhr y Silva se clasificaron por ese orden, como en los Juegos de Londres, donde empataron en 4,75 y el título se decidió por los saltos nulos, pero este martes las dos hubieron de rendir pleitesía a la reina Isinbáyeva, a la más laureada de la historia.
El adiós de la más grande
A lo largo de su carrera deportiva la atleta de Volgogrado ha conseguido 28 récords mundiales. No podrá, por tanto, ver realizado su sueño de alcanzar los 35 récords del ucraniano Sergey Bubka, actual plusmarquista masculino de garrocha reconvertido en vicepresidente de la IAAF y aspirante a la presidencia del COI.
Isinbáyeva protagonizó una despedida acorde con su elevado rango, después de sus fracasos en los dos últimos Mundiales. En Daegu 2011 solo fue sexta. En Berlín 2009 no fue capaz de hacer un solo salto válido en la final. Sus títulos mundiales databan de Helsinki 2005 y Osaka 2007.
Jennifer Suhr es la única, además de Isinbáyeva, que ha roto el muro de los cinco metros (5,02, récord mundial en pista cubierta), pero al aire libre la primera del ránking 2013 es Yarisley Silva, que se ha propulsado hasta los 4,90 metros en Helgelo (Holanda), nuevo récord centroamericano y del Caribe.
Silva acumulaba este año los cinco mejores saltos del mundo y los ocho más altos de su carrera.
La defensora del título, la brasileña Fabiana Murer, que se presentaba con una marca de 4,73, no pudo subir al podio. Terminó cuarta con 4,65.