La desgarradora historia de Erika Olivera: Fue víctima de los abusos de su padrastro
La deportista nacional contó a Revista El Sábado su dura historia.
"Debo haber tenido 5 años la primera vez que lo hizo", aseguró.
La atleta nacional Erika Olivera está ad portas de disputar sus quintos Juegos Olímpicos, en los que tendrá el honor de ser la abanderada chilena. La carrera de la deportista, sin embargo, no ha sido fácil, tal como reveló ella misma a Revista El Sábado, entrevista en la que se sinceró y contó la dura historia de abusos sexuales que sufrió durante su infancia.
Según reveló Olivera fue su padrastro quien abusó de ellas en muchas ocasiones durante la infancia e incluso cuando daba sus primeros pasos en su exitosa carrera deportiva.
"Debo haber tenido 5 años la primera vez que me abusó en el campamento. El dormitorio estaba empapelado con un papel mural rojo tipo kraft, él mismo lo había forrado. Empezó mostrándomelo como un juego, con caricias y después fue avanzando", confesó.
"Esa primera vez no entendí lo que pasó, era una niña, no cachaba nada. Él siempre decía que eso nadie lo tenía que saber. Pasó varias veces más y después nos fuimos a Puente Alto, Yo estaba feliz. Creía que al irnos a una casa sólida, con más vecinos, eso se iba a acabar", complementó sobre la situación que padeció mientras vivían en Quinta Normal.
"Apenas tenía la oportunidad, era llegar y llevar para él. Mientras yo no me pude defender, él hacía lo que quería conmigo. A veces, en la noche, él iba al dormitorio nuestro y ahí molestaba un poco, me tocaba cuando estaban mis hermanos. Pero generalmente las cosas se daban en el día, cuando mi mamá no estaba", prosiguió.
Además, contó que tardó en decirle a su progenitora, aunque ésta le dio una insólita respuesta. "Yo lloraba todo el día y me demoré en contarles las cosas a mi mamá... Me dijo que ojalá fuera mentira, porque si era verdad que él me abusaba, nadie me iba a querer; no iba a poder tener hijos ni familia", indicó.
Olivera también fue chantajeada por su padrastro, cuando decidió dedicarse al deporte. "Si no, no había permiso para entrenar, no había plata para ir a campeonato. Me indicaba con el dedo lo que tenía que hacerle para conseguir los permisos", expuso.
"He tenido que dar muchas entrevistas este año y en todas seguir mintiendo, repitiendo una historia que no es cierta, poniendo la cara. Dan ganas de decirle: hueón, no me pregunten más por mi familia No puedo hacer justicia con mis manos, tampoco judicialmente. La única manera de hacer justicia que me queda es contar la verdad. Los secretos pesan mucho", sentenció.